El repaso de una vida para desafiar los mandatos

El repaso de una vida para desafiar los mandatos

Desde Rosario llega a La Sodería “El tiempo vuela... O es solo el aire”, una especial fiesta de cumpleaños.

UNIPERSONAL. Alejandro Martín Panzerini personifica a Yo, quien el día de su cumpleaños recorre los recuerdos de toda su vida para repensarlos.  UNIPERSONAL. Alejandro Martín Panzerini personifica a Yo, quien el día de su cumpleaños recorre los recuerdos de toda su vida para repensarlos.

“¿Se podrá recordar toda una vida en cinco minutos?”. Esa pregunta motiva la obra teatral “El tiempo vuela... O es solo el aire”, que se presentará esta noche, desde las 21, en La Sodería (Juan Posse 1.141).

La respuesta está dentro de Yo, quien quiere festejar su cumpleaños con el público que lo acompañe en la función. Pero antes de recibirlo, decide dormir una pequeña siesta que lo transporta a espacios y lugares sin tiempo por los que pasó. Sueño o realidad son las imágenes que irán construyendo su día de nacimiento, en un recorrido de las diferentes etapas de su vida, expresada en cambios corporales, de vestuario y de elementos escenográficos para pasar de niño a adulto mayor.

La propuesta está protagonizada por Alejandro Martín Panzerini, con la dirección de Julieta Pretelli, y con la dramaturgia de ambos, artistas rosarinos de gira por el NOA. “Hablamos de los mandatos familiares, sociales y culturales y de la deconstrucción de estos en el instante que hoy habitamos. El personaje principal dice: ‘Fui lo que me dijeron que tenía que ser. Hoy, soy lo que entendí de lo que me dijeron que tenía que ser, soy lo que puedo ser y soy lo que elijo ser’”, resalta Panzerini.

- ¿Cómo fue el proceso de elaboración de este espectáculo?

- Fue intenso tanto en su gestación como en el tiempo de concreción. La obra se gesta el año pasado, en pandemia. Ese paréntesis, ese salto o vacío, o ese simplemente cambio de perspectiva sobre lo vivido en la cotidianidad, nos dio la posibilidad de interpelarnos. Partimos de algunas ideas sobre las construcciones del tiempo y su vorágine en las diferentes etapas de nuestras vidas. Hubo implícitamente el trabajo desde lo mágico. El número tres aparece como elemento de fuerza, de energía creadora, de contención y de vórtice. Contiene y expande los planos que habitamos en la obra.

- Esos planos pasan por todos los estadíos de la vida.

- Queríamos compartir la celebración de la vida y partimos del cumpleaños, del día del nacimiento. De ese instante, de ese gestar de vida y muerte, del ir y venir, de entrar y salir a lugares que solo podemos transitar si somos conscientes que pasan por planos que bordean el tiempo de lo cotidiano, por así decirlo. Trabajamos la niñez, el adulto joven y el adulto mayor desde lo autopercibido. Ponemos en les otres personajes que habitan este pequeño recorte de vida los mandatos y ahí, en esa tensión, la obra deconstruye en forma atemporal la vida de Yo, su personaje principal. Lo que siguió fue poner el cuerpe y desde la dramaturgia del actor, lo trabajamos a coro con Julieta.

- ¿Qué partes de sus vidas quisieran recordar para siempre?

- No tengo una preferida. Siento que si me pongo a pensar en recordar vienen varias, tanto alegres, tristes o de otros estados, y que todas, si están ahí, es porque siguen siendo parte de lo que soy y de lo que hoy habito

- ¿Qué implica la memoria en la construcción de identidades?

- La memoria y las identidades tienen conexión en diferentes planos. Hay palabras, acciones y fechas que nos llevan a esas conexiones. Pero uno no está sin el otre.

Salas oficiales

Grupos teatrales independientes tucumanos también presentan sus propuestas esta noche en espacios oficiales. En la sala Orestes Caviglia (San Martín 251), a las 20.30 el grupo Suma repondrá “Inmortalia-Rojo Carmesí”, dirigida por Sebastihan de León; a las 21, en el Centro Cultural Virla (25 de Mayo 265) estará “Maestras eran las de antes... Las de ahora trabajan por Zoom”, con Jackie Anastasio Salas, Gabriela Aguirre y Celeste Tríbulo; y a la misma hora, en el teatro municipal Rosita Ávila (Las Piedras 1.550), “La catedral sumergida”, con Soledad Valenzuela, Pablo Parolo y Gloria Berbuc, dirección de Leonardo Goloboff.

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