Antes de que comenzara el debate, la redacción de LA GACETA se fue poblando de dirigentes, asesores, familiares y otros referentes ligados a los precandidatos a senadores de Juntos por el Cambio.
Cuando las precandidatas en segundo término de los tres espacios, Beatriz Ávila, Indiana Mendilaharzu y Sandra Manzone se posicionaron en sus atriles, nadie hubiera previsto que el debate convertiría a esos tranquilos asesores y familiares en hinchas de fútbol que aplaudirían y gritarían en algunos tramos de las intervenciones de quienes estaban frente a cámara.
Antes del inicio quienes hablaron en la redacción fueron los precandidatos que entrarían en el segundo debate. Germán Alfaro resaltó la importancia de los debates para dar a conocer las propuestas y enfatizó que hay que utilizar todos los medios para llevar las propuestas. José Cano expresó: "Me parece importante que La Gaceta genere estos espacios de reflexión para debatir y para que la gente tenga un juicio crítico y elija una opción".
Mariano Campero, por su parte, destacó que esta era una oportunidad para mostrar "por qué queremos llegar al Congreso". "Es una oportunidad de dirigirnos a todos los tucumanos", dijo.
Los momentos en que esos asesores se convirtieron en hinchas, que ya no pudieron seguir sentados y, tensos, se pusieron de pie para aplaudir o dar un grito de aliento fueron en esos cuatro minutos libres, donde se vivieron los cruces más duros entre las partes.
En el primer debate libre, por ejemplo, Manzone le preguntó a sus pares si las candidaturas de Germán Alfaro y Mariano Campero eran testimoniales. Molesta, Ávila respondió: "en nuestra lista no hay ningún testimonial, la única testimonial es Sandra Manzone que en las ultimas elecciones no sacó ni 7000 votos". Manzone se refirió entonces a que "se están usando recursos de los municipios" para llevar "listas completas de familias". Tras el cruce, insistió: "me parece de muy machirula pensar que porque soy 'esposa de' no tengo mi propia actividad".
Esa tensión, que se vivió frente a cámaras, se trasladó a la redacción. Ahí empezaron las ovaciones, los aplausos. Algunos se pusieron de pie y empezaron a caminar, dando vueltas, para calmar los nervios. Como en una cancha de fútbol.
La situación se repitió en cada debate libre que hubo entre las precandidatas.
Los aplausos se sintieron en el estudio, al final del debate. Las tres candidatas fueron recibidas, en la redaccion, con aplausos y saludos de afecto.
El análisis de lo que pasó en el debate mostró puntos de vista muy distintos.
Rodolfo Ocaranca, Secretario de gobierno de la muicpalidad, dijo que le "encantó". "Se pudo demostrar que todas nuestras candidatas están preparadas. Beatriz va a llevar más que bien los intereses de los tucumanos al Congreso. El cierre me gustó", dijo. Y acotó que, a pesar de los momentos "acalorados", estuvo "lindo". "Eso me alegra, porque en este clima se vive la democracia", dijo.
Alfonso Prat-Gay no estaba tan exultante. "Me parece que tenemos que mostrar una oposición más unida, que somos una alternativa de gobierno", dijo el economista, quien por otra parte resaltó que le gustaron las intervenciones de Indiana Mendilaharzu. "Fue la que ofreció propuestas", resaltó,
Jose Ricardo Ascarate, también presente en la redacción, sostuvo que las posiciones de las tres candidatas han sido buenas. "Excelente Sandra Manzone, con lo de dejar de bancar candidaturas testimoniales, en intendencias que tanto esfuerzo llevaron conseguir. Que intendentes se vayan dos años antes, es grave", dijo.
No hubo más tiempo para seguir con los análisis: Cano, Alfaro y Campero ya se encaminaban a sus atriles, para el segundo debate de la noche.