“Lo único pretendo es volver a tener la vida de antes. Quiero ser mamá en serio, hacer las cosas que no podía hacer”, dijo Jessica Vanesa Osores, la joven que fue absuelta del crimen de su pareja Javier Gómez Vizcarra. “Les llegué a tocar el corazón a los jueces”, explicó luego de que los magistrados Carolina Ballesteros, Isabel Méndez y Dante Ibáñez dijeron que ella sólo se había defendido del ataque de su ex pareja.
El rostro de la joven de 29 años cambió radicalmente en menos de 12 horas. Las ojeras de cansancio y los gestos de angustia han desaparecido. Ahora sonríe. “El mundo se me cayó encima cuando lo vi tirado en el suelo lleno de sangre. Sólo quería defenderme”, aseguró.
- ¿Considera que vivió un infierno todo este tiempo?
- Sí. Por todas las cosas que me hacía, perdí toda mi juventud. Fueron nueve años esperando un cambio que nunca llegó. Pretendía que él cambiara, pero nunca lo hizo. Le pido perdón a la familia. Nunca quise llegar a esta situación.
- ¿Qué pasó durante todo ese tiempo?
- De todo, porque él tenía problemas de adicción. No sólo me golpeaba, sino que arruinó todos los proyectos que encaraba. Por ejemplo, tenía un almacén en el que vendía cosas y tuve que cerrarlo porque él me robaba la plata para comprarse droga.
- ¿Cómo subsistía la familia?
- Trabajaba como empleada doméstica, a veces cama adentro o casi todo el día.
- ¿Y Gómez Vizcarra no aportaba nada?
- Limpiaba vidrios en los semáforos o vendía cosas en la calle. Pero se gastaba todo lo que ganaba en drogas.
- ¿Por qué no lo denunciaba?
- Por miedo no les contaba mucho lo que me pasaba. Una vez mi papá me encontró las marcas que tenía en el cuerpo y me dijo que lo denunciara. Que no podía permitir que me pegara de esa manera. Esa fue la única vez que me tomaron la denuncia.
Osores está feliz. Ayer por la mañana fue a realizarse el primer control de su embarazo en libertad. No quiere hablar de este tema, pero sus allegados le comentaron a LA GACETA que fue engañada por un hombre que se aprovechó de su vulnerabilidad. La última vez que supieron de él fue cuando les dijo que se iría a Buenos Aires por un par de días, pero no volvió más y bloqueó toda chance de comunicación con él.
- ¿Se imaginaba que su hijo nacería con usted en libertad?
- La verdad es que no. Rezaba todos los días para que ello sucediera. Le pedía a Dios para que los jueces creyeran en mi palabra. Nunca me drogué, nunca le hice daño a nadie y me pasó esto porque no tuve ayuda de ningún tipo.
- ¿Qué tipo de ayuda le hubiera gustado haber recibido?
- Necesitaba alguien que me escuchara. Cuando me pegaba, llamaba al servicio 911 y ellos me decían que hiciera la denuncia. Me presentaba en la seccional 9°, pero nunca me la tomaban porque decían que no estaba la persona encargada y después volvía a lo mismo.
- ¿A qué se refiere?
- Él siempre me decía que cambiaría, como dicen todos los hombres, y le creía. Si hubiera tenido la atención psicológica no hubiera pasado esto. Le pido perdón a su familia porque yo nunca pensé en matarlo, sólo quise defenderme.
- ¿Se dio cuenta de que recibirá una reparación por haber estado tanto tiempo detenida?
- Eso me dijo mi abogado, pero no entiendo mucho. Creo que es justo, porque la justicia, al principio no actuó bien conmigo. No me escucharon ni tuvieron en cuenta que con lo que hicieron no sólo me condenaron a mí y a mis hijos que no tenían quién los lleve a la escuela o al médico cuando se enfermaban. Por el momento, quiero volver a estar libre para ellos. Ese es el único deseo que tengo en estos momentos.