Fallo Osorez: otros dos casos de legítima defensa

Fallo Osorez: otros dos casos de legítima defensa

El caso de Jessica Osores no es el único de su tipo en la provincia. Es al menos la tercera mujer que fue absuelta por haberse defendido de un ataque en menos de 20 años.

El primer hecho data de 2002, cuando nadie hablaba de violencia de género y para que se aplique el agravante por el vínculo, la pareja debía estar legalmente casada. Ese año, un policía en actividad de más de 1,80 de altura y 100 kilos de peso, llegó a su domicilio de una pequeña localidad de Leales.

Su pareja Fabiana Gómez, que no llegaba a 1,50 y que pesaba 50 kilos, le sirvió un plato de comida. Pero como no le gustó, comenzó a agredirla. La mujer levantó un cuchillo sierrita de la mesa para intentar defenderse y terminó hiriendo mortalmente a su concubino. Pidió ayuda y cuando llegó la ambulancia, el uniformado ya había fallecido.

Estuvo detenida ocho meses y recuperó la libertad cuando su defensor, Álvaro Zelarayán, logró que la Cámara de Apelaciones cambiara la imputación de homicidio simple a exceso en legítima defensa. “Llegamos al juicio y logramos demostrar con las declaraciones de varias personas que ella sufría castigos físicos por parte del concubino”, relató el profesional en una entrevista con LA GACETA.

Zelarayán indicó que en el debate, el fiscal de Cámara había solicitado una pena de 12 años porque consideraba que el efectivo había sido víctima de un homicidio simple. “Eran otros tiempos, me jugué por su absolución porque se había defendido de un ataque de un hombre de mayor porte y peso. No tenía otros elementos porque en esa época, todo lo que pasaba dentro de una casa era tema tabú”, indicó.

El tribunal, integrado por María del Pilar Prieto, Horacio Villalba y Silvia Castellote, terminó absolviendo por unanimidad a la mujer por considerar que se había defendido. El fallo se dio a conocer en 2004. “Ella pudo rehacer su vida con la conciencia tranquila”, explicó Zelarayán.

En octubre de 2013, la Cámara Penal I de Concepción, integrada por José Alfredo Garzia, Raquel Asis y Elena del Tránsito Grellet, condenó a 12 años a Teresa Malvina Seco por ser encontrada culpable del homicidio de su esposo Cristian Olivera en un hecho ocurrido en Villa Chicligasta.

La mujer, que estuvo detenida tres años y cuatro meses por el hecho antes de ser enjuiciada, declaró que ella en realidad se había defendido del ataque de su pareja y a la vez había pretendido proteger a su hijo que había intentado evitar que la agredieran. Los magistrados no le creyeron y terminaron aplicando esa condena.

La defensora oficial Carolina Ballesteros (foto) -en el caso de Jessica Osores integró el tribunal- apeló el fallo al considerar que Seco había actuado en defensa propia. La Corte Suprema de Justicia de la provincia, en un fallo firmado por los vocales Antonio Gandur, Daniel Estofan y Daniel Oscar Posse, el 28 de abril de 2014 revocó la sentencia al entender que la condenada lo único que había hecho era defenderse y defender a su hijo.

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