KABUL, Afganistán.- A una semana de la toma de Kabul, la oposición a los talibanes empieza a verse en distintos frentes. Incluso, según escribió el periodista español Eugenio García Gascón para el periódico “Público”, hay un llamado a la resistencia armada.
Ahmad Massoud, líder del Frente de Resistencia Nacional, anunció que encabezará una lucha por medio de las armas, y pidió apoyo monetario y militar a los países occidentales.
Otra resistencia, política y civil, está moviendo de a poco a las mujeres y los jóvenes, y que se manifiesta en protestas en Kabul y, en menor medida, en otras ciudades.
Algunas afganas comenzaron a desafiar a los talibanes, ante el temor de que vuelvan a imponerse las restricciones vigentes durante su anterior régimen, con protestas públicas para exigir que se respete su derecho a la participación política, a educarse, a seguir trabajando.
Los talibanes anunciaron que se respetarán los derechos de las mujeres, pero “dentro de la ley islámica” y que la decisión se someterá a discusión de un grupo de “eruditos” islamitas.
La realidad no se parece a las promesas y así lo denuncian las feministas afganas. “Quería volver a trabajar, pero no me dejaron. Me dijeron que el régimen ha cambiado”, aseguró la presentadora Shabnam Dawran en un video. La denuncia contrasta con la imagen de dos días después de la toma de Kabul, de una presentadora de televisión Tolo entrevistando a un talibán.
El lunes, una mujer fue asesinada por no llevar burka. Otras dijeron que los talibanes están haciendo listas negras de activistas, periodistas y políticas y marcan con pintura las puertas de sus casas.
Estas tácticas de intimidación no son recibidas pasivamente. Cada vez son más las imágenes de mujeres levantando pancartas, que se oponen a retroceder a la época en que no podían trabajar, ir a la escuela o salir de sus casas sin compañía.
“El pueblo, el gobierno y cualquier funcionario que vaya a formar un Estado en el futuro no puede ignorar a las mujeres de Afganistán. No renunciaremos a nuestro derecho a la educación, el derecho al trabajo y nuestro derecho a la participación política y social”, dijo a un canal de televisión Fariha Esar. (Especial)