Cuando las ilusiones empezaban a flaquear (si es que quedaban algunas) y contra muchos pronósticos hoy llega a las salas tucumanas la película británica “El padre”.
Rompiendo con la tríada taquillera que conforman los géneros suspenso/terror, comedia y acción, este premiado drama se centra en el espacio íntimo de las relaciones intrafamiliares, donde las emociones contenidas, los estallidos repentinos, los diálogos precisos, los movimientos escasos y las cosas no dichas toman vuelo en varios momentos de sus 97 minutos.
Entre sus múltiples nominaciones en los principales festivales, hubo un doblete repetido al haber ganado tanto en los Bafta como en los Oscar en las categorías mejor guión adaptado por Christopher Hampton y Florian Zeller y a mejor actor protagónico para Anthony Hopkins, quien contra todas las apuestas se impuso en la fiesta mayor del cine sobre el fallecido Chadwick Boseman, quien venía imponiéndose en las ceremonias previas. La producción también ganó el Goya español a mejor película europea.
El libro original justifica el tratamiento estético en pantalla de la historia, ya que originalmente el filme era una obra de teatro escrita por el propio Zeller y considerada una de las mejores de los últimos años. Es la historia de Anthony, un anciano de 83 años que vive solo en su departamento de Londres y rechaza toda ayuda de enfermeros. Su hija Anne (Olivia Colman, cuya actuación también mereció nominaciones) va a irse a vivir a París. El protagonista deambula entre momentos de lucidez y otros en los que su mente se desconecta de la realidad, con recuerdos borrados o situaciones que no entiende. Su desesperación lo empuja a tratar de entender lo que le pasa más que a temer por su cercana soledad, mientras los rasgos de una demencia se cuelan en el final de su vida.
Con una estructura narrativa de idas y vueltas, que juega con que el espectador comparta la confusión del padre enfermo, “El padre” se recorta como uno de los grandes títulos del año más allá de los premios ganados (incluyendo la predilección de Hollywood por interpretaciones de personas con alguna enfermedad). Y que ahora esté al alcance de todos, sin tener que suscribirse a una plataforma de streaming para poder verlo, es una buena noticia.
La secuela
Pero suponer que este título rompe la inercia de los cines en los géneros más convocantes sería inocente. Y los otros dos estrenos del día confirman esta advertencia. Junto a este drama psicológico, llega la secuela de “Duro de cuidar”, lo que implica en sí mismo que Ryan Reynolds estará en pantalla con dos producciones en simultáneo en Tucumán (se mantiene en cartelera “Free Guy: tomando el control”).
Mezcla de comedia y acción en proporciones adecuadas, en esta producción se repite el esquema de la película original con la relación entre el abnegado guardaespaldas Michael Bryce y el sicario Darius Kincaid (otra vez a cargo de Samuel L. Jackson), quienes deberán enfrentar una misión con pocas chances de sobrevivir.
En el elenco dirigido por Patrick Hughes tercia Salma Hayek, como la impredecible estafadora internacional Sonia Kincaid (esposa del asesino a sueldo), mientras el antagonista es un desquiciado criminal interpretado por Antonio Banderas, un terriorista griego empeñado en destruir toda Europa, secundado por un exagente secreto molesto con su país (Morgan Freeman).
La tercera vía
La renovación de la agenda de los cines locales se completa con la ciencia ficción romántica de “Reminiscencia”, en la que la debutante Lisa Joy dirige a Rebecca Ferguson y a Hugh Jackman.
El guión presenta a Nicolas Bannister (interpretado por Jackman) como un investigador de la mente que encontró la forma de que sus clientes puedan revivir plenamente sus recuerdos. Cuando Mae (Ferguson) le pide ayuda, se enamora de ella y comienzan una apasionada relación hasta que ella desaparece. Como es previsible, hará todo lo que esté a su alcance para encontrarla, lo que incluye experimentar sobre sí mismo y volver sobre su pasado para tratar de hallar una pista que lo lleve al amor de su vida.
La definición del diccionario del título es una síntesis de su historia: reminiscencia significa “recuerdo impreciso de un hecho o una imagen del pasado que viene a la memoria”. En este terreno de la incertidumbre se desarrolla el filme.