Las ciudades de todo el mundo constituyen la principal causa del cambio climático, pero también pueden formar parte de la solución para lograr la reducción de los nocivos gases de efecto invernadero. En esa línea, un buen transporte público resulta crucial, instan desde Naciones Unidas. "Lamentablemente, Tucumán tiene un sistema de ómnibus bastante malo y obsoleto. Eso se debe, básicamente, a que es barato. Siempre los subsidios energéticos constituyen una mala palabra si se pretende bajar las emisiones", plantea el biólogo tucumano Ezequiel Araoz.
"En la medida en la que nuestro país, en general, subsidie el transporte basado en combustibles fósiles, es difícil que nos acerquemos a un modelo mejor y menos emisor", añade el investigador del Instituto de Ecología Regional (IER), que es una unidad ejecutora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). "Hoy, para cualquier ciudadano es más fácil comprar un aire acondicionado barato, con energía vieja, y gastar mucha electricidad, que comprar un aparato eficiente. Lo mismo ocurre con el transporte público", ejemplifica el también docente en la cátedra de Ecología del Paisaje de la facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT).
Las declaraciones de Aráoz se producen a una semana de que el panel de expertos sobre cambio climático de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés) difundiera un dramático aviso sobre cómo ya está cambiando el planeta de forma irreversible. Básicamente, los científicos de la ONU han hecho un anuncio impactante: la crisis se aceleró y la Tierra se calentará 1,5 grados centígrados en 19 años. Además, han coincidido en que no hay ninguna duda de que es la actividad humana -a través de la quema de combustibles fósiles, principalmente- la que provoca la acumulación de gases de efecto invernadero que atrapan el calor en la atmósfera y elevan la temperatura.
"Los ómnibus son un excelente modo de transportar más personas con menos emisiones de dióxido de carbono. Sin embargo, al ser malos e incompletos, la gente no tiene otra opción que utilizar sus vehículos particulares. Y así emite más gases contaminantes. La ciudad de Yerba Buena es un excelente ejemplo de eso: no se puede ir de un punto a otro en colectivo", explica Aráoz.
Según el investigador, en este descomunal desafío de transformar nuestras sociedades y modelos productos las decisiones individuales van a tener muy poco efecto. "Son los gobiernos locales los que tienen que tener una visión más acabada de lo que está sucediendo y actuar en consecuencia. En Tucumán se debería pensar en modificar el transporte público", reitera.
El estudio que se ha hecho público el lunes 9 fue elaborado por 234 investigadores de 66 países. En detalle, se plantea que ya se están observando cambios en todas las regiones de la Tierra. Muchos no tienen precedentes en miles de miles de años. Y algunos, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios.
Asimismo, se ofrecen nuevas estimaciones sobre las probabilidades de sobrepasar el nivel de calentamiento global de 1,5 grados centígrados en las próximas décadas. Y se concluye que, a menos que las emisiones de gases de efecto invernadero se reduzcan de manera inmediata, rápida y a gran escala, limitar el calentamiento incluso a 2 grados centígrados será un objetivo inalcanzable. Los cálculos indican que con un calentamiento global de 1,5 grados se producirá un aumento de las olas de calor, se alargarán las estaciones cálidas y se acortarán las estaciones frías; mientras que con un calentamiento global de 2 grados los episodios de calor extremo alcanzarían con mayor frecuencia umbrales de tolerancia críticos para la agricultura y la salud.