La guerra más larga y veinte años de errores

La guerra más larga y veinte años de errores

17 Agosto 2021

La guerra más larga de Estados Unidos termina con una derrota ante un enemigo al que había vencido en Afganistán hace casi 20 años, una conmoción por el rápido derrumbe del gobierno y del Ejército al que apoyó, y caóticas operaciones de evacuación de última hora. Y ahora, el vigésimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y Washington se celebrará con los talibanes de nuevo en el poder.

“Esta no fue una guerra de 20 años. Fue una guerra de un año que se libró 20 veces”, dijo un militar estadounidense, frustrado por los errores y la falta de coherencia a lo largo de cuatro gobiernos.

Dos gobiernos republicanos y dos demócratas intentaron luchar contra la corrupción y los abusos contra los derechos humanos, pero consintieron gran parte de ellos, mientras trataban de fomentar la democracia y el Estado de Derecho, levantar un Ejército afgano fuerte y mantener el compromiso de estadounidenses cansados de la guerra.

Promovieron un gobierno central en un país en el que durante siglos las tribus disfrutaron de autonomía y sus programas de erradicación de droga alejaron a los bastiones rurales de los talibanes, que dependen del cultivo de la amapola para sobrevivir.

Hubo algunos éxitos. Estados Unidos y sus socios ayudaron a mejorar vidas en uno de los países más pobres del mundo, apoyaron los derechos de mujeres y niñas, impulsaron a medios de comunicación independientes y construyeron escuelas, hospitales y rutas. Todo eso está ahora bajo amenaza.

La obsesión con Irak

El presidente George W. Bush declaró la “guerra contra el terrorismo” y derrocó al gobierno talibán de Kabul, que había acogido a militantes de Al Qaeda responsables de los atentados de 2001 con aviones. La estrategia funcionó durante un tiempo. Los talibanes fueron derrotados y Al Qaeda huyó.

Sin embargo, ex funcionarios y expertos dijeron que, en lugar de trabajar para asegurar Afganistán contra un resurgimiento de los talibanes, el gobierno de Bush desvió recursos, personal y tiempo a la invasión de Irak sobre la base errónea de que la dictadura de Saddam Hussein tenía programas ilícitos de armas de destrucción masiva.

Cuando Barack Obama llegó al poder en 2009, los mensajes contradictorios continuaron. Pretendía reducir las fuerzas estadounidenses en Afganistán, pero aceptó un aumento de tropas para presionar a los talibanes a entablar conversaciones de paz.

“Después de 18 meses, nuestras tropas empezarán a volver a casa”, dijo en noviembre de 2009. En la práctica, le dijo a los talibanes que debían esperar a que Estados Unidos dejase el país. Durante su presidencia, las tropas aumentaron a más de 90.000 en 2010, al igual que la financiación.

Corrupción endémica

En la desesperada necesidad de conseguir un gobierno estable, Estados Unidos trabajó con afganos involucrados en corrupción y violaciones a los derechos humanos, como en las elecciones presidenciales de 2009, 2014 y 2019, con fraude evidente.

La corrupción infectó también al Ejército afgano, al que Estados Unidos destinó 88.000 millones de dólares durante dos décadas, y que estaba lleno de “soldados fantasmas”, tropas inexistentes por las que comandantes corruptos cobraban sus sueldos.

Las fuerzas de seguridad afganas tienen 300.000 efectivos en el papel, pero el número real es mucho menor. Un informe de 2016 descubrió que, sólo en la provincia de Helmand, entre el 40% y el 50% de las fuerzas de seguridad no existían.

Hartazgo e improvisación

El presidente Donald Trump llegó al cargo en 2017 prometiendo poner fin a lo que llamó “ridículas guerras interminables”. Su cálculo fue que a los estadounidenses no les importaba lo suficiente Afganistán como para gastar miles de millones de dólares mientras las tropas estadounidenses morían.

Esto llevó a un acuerdo con los talibanes en febrero de 2020 para una retirada completa de las tropas estadounidenses si los insurgentes cumplían ciertas condiciones. El gobierno afgano quedó fuera de las conversaciones.

John Bolton, veterano de las presidencias de Bush y Trump, cree que el acuerdo fue el mayor error de Trump y que Joes Biden tendría que haberlo reevaluado.

Biden, sin embargo, procedió a una retirada completa en contra del consejo de los líderes militares estadounidenses y no resolvió las solicitudes de visados especiales de afganos en riesgo por trabajar para Estados Unidos, lo que provocó una caótica evacuación.

Las encuestas internas mostraban que la mayoría de los estadounidenses apoyaban una retirada, lo que hacía que Biden se sintiera cómodo con su decisión. Lo que no está claro es cómo verán los estadounidenses la decisión luego de ver las imágenes de helicópteros militares estadounidenses evacuando la embajada de Estados Unidos y de afganos en el aeropuerto, desesperados por salir.

Biden había insistido en que en Kabul no se repetiría la infame evacuación de Estados Unidos de Saigón en 1975.

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