Carlitos Balá es un destacado artista argentino, muy querido, que dio fama a frases, hechas para llevar sonrisas y alegrías a grandes y chicos. Hoy, tal vez cuando la situación del país duele, asociarlas a la realidad es tragicómico. La frase “Pegá la vuelta, Petronilo, la Argentina te queda chica”, vale para la titular de Migraciones, que burlonamente dijo: “estar fuera del país no quiere decir que están varados”. Para el militante del relato político le va un “Sumbudruli”, cuando dijo: “¿Se quejan de Argentina? Bueno vayan ahora vivir afuera, ya que tanto les gusta salir del país“. El plan de venganza contra los que pedían permiso para salir del país, por diferentes causas, era: 1) Firma compulsiva de un formulario: O firma o no viaja. 2) Alentar la salida de todos. 3) Una vez afuera los viajeros, cerrar fronteras. 4) Restringir el transporte. 5) Imponer cupos y fechas para regresar. Los que idearon e imprimieron, mientras lo hacían, repetían: “Que no se entere Jgrigui”. De ciudadanos argentinos, se pasó a ser “jgrigui”. Para los ministerios de Salud, Educación y Desarrollo Social, vinculados a la calidad de la vida familiar, convencidos de que para trabajadores, profesionales, con planes es suficiente “Un kilo y dos pancitos” para vivir. La frase “Angueto, quedate quieto” vale para los elegidos por el pueblo para cambiar la triste realidad. Tienen su propio Angueto, salen a pasear con el perro invisible, que para ellos no es un perro, sino el pueblo. Van con la vara, el collar, el círculo rojo, palmeándolo, porque esos ven un pueblo feliz. ¿Y los muertos por una cuarentena sin vacunas, y la tragedia educativa, y la mesa del hambre -no del trabajo, del hambre- y las libertades y derechos constitucionales? ¿No los ven? ¿Están ocupados en las próximas elecciones sin ponerse colorados? No ven que los argentinos pueden salir de la anomia y con sus votos recuperar la dignidad ciudadana. La otra opción es que Dios los ilumine y dejen de confundir al pueblo con Angueto.
Elvira Arnedo
La Rioja 151
San Miguel de Tucumán