Una profunda santiagueñidad que nos nutre por dos días

Una profunda santiagueñidad que nos nutre por dos días

Juan Saavedra llega junto a otros artistas a dictar dos talleres hoy y a ofrecer un espectáculo mañana, en el centro cultural Santos Discépolo.

LA VIDA EN LA DANZA. La necesidad   de rever las raíces.   LA VIDA EN LA DANZA. La necesidad de rever las raíces.

En julio los portales santiagueños de noticias sorprendían con videos donde Juan Saavedra, internado por covid y en buen estado de salud, bailaba chacareras con las enfermeras en los pasillos del Hospital Gumersindo Sayago, en la vecina provincia.

Es que nada aquieta la pasión por la danza del Bailarín de los Montes, que asume el apelativo popular “con simpatía, con mucho cariño, sin vanidades ni egocentrismo”, le dice a LA GACETA.

La firmeza de su voz y su enjundia de siempre dan cuenta de su buena recuperación. Por eso llega bien acompañado, hoy y mañana, a Santos Discépolo (La Rioja 219). Saavedra tiene la palabra de maestro.

Los talleres

Hoy, a las 10, comienza el taller de danza “Bailando en la vida”, y a las 12.30, el de percusión “Los senderos del bombo”.

“Los talleres son una convocatoria para llevar verdades. El de danza está destinado a los bailarines de todos los niveles, desde inicial a avanzado y hasta profesionales. Es un aporte a su crecimiento, tanto pública como espiritualmente”, comienza.

“Con una pedagogía contemporánea, el taller se adentra en la necesidad que tenemos todos de rever nuestras raíces, de revalorizar el potencial de nuestra cultura, y aplicarlo. Mientras uno está practicando está sanando, y al mismo tiempo estamos espejando a través de la emoción positiva. Para llegar a ella la armonía que hay en la técnica tiene que ser puntual, y la entrega nuestra, lo más digna posible”.

Danzas y proyección

“Las danzas tradicionales son fundamentales porque son las bases de nuestra genética cultural. Están la chacarera, la zamba, el escondido, el gato, el remedo, el huayra muyoh, el bailecito, entre otras... todo es danza y debe estar. Luego viene la proyección folclórica, que es la mirada contemporánea de lo que antes se llamaba estilización. La proyección folclórica ya incluye la imaginación, la fantasía, que toda la esencia nativa vaya hacia una nueva posibilidad de expresión, tanto corporal, como de inteligencia y emocional”, explica,

Y amplía: “A partir de esa proyección folclórica vamos a la danza fusión. Como su nombre lo indica, sigue teniendo toda la raíz, y el aprendiz lo comprueba, pero ahora fusionamos con el folclore. Son expresiones elementales desde la danza contemporánea, desde el jazz dance, desde la improvisación, desde el juego libre. Pero paradójicamente, por más improvisación que haya, se trata de danzas guiadas para que el ser experimente su propia libertad. Y esta debe estar avalada y tranquila, apoyándose en una técnica que se domina”.

“El bailarín ha roto un límite importante. Y es feliz de toda la raíz folclórica hasta llegar a lo que él no se ha imaginado, tanto chicas como muchachos. A partir de ahí sabe que hay muchas cosas por explorar, por saber y sobre todo, muchas cosas para ser feliz consciente”, afirma.

Atemporal

Mañana, a las 19 y también en Santos Discépolo, Saavedra y su compañía presentarán “Atemporal”. “El espectáculo se llama así porque es una fusión de tiempos culturales, de evolución, de maduración y de tiempos nuevos”, dice, y describe el show con tal pasión que no spoilea sino que atrae.

“Nosotros comenzamos el espectáculo desde la raíz primigenia, que es con palmas y más palmas, para dar la bienvenida al público -describe-. Como cuando llegan a tu casa, y los dos que invitaste traen a otros tres. ¿Qué les dices? Bienvenidos a los hermanos tucumanos y a los de todos lados. Estamos contentos de haber creado este espectáculo, de haberlo ensayado mucho, y queremos expresarlo”.

“Se trata de sentirnos hermanados. Es un espectáculo antiéxito. Nosotros queremos que el éxito sea la felicidad natural que surge de nuestras emociones. Nosotros provocamos a través del montaje la evolución emocional, la confianza, la alegría, el reonocimiento, entre todos.”

Tres partes

El espectáculo está dividido en tres partes: “la primera es pura chacarera, a bombo, guitarra y canto, matizado con danzas. Luego viene una parte de procesión a San Esteban, San Gil, Vida la Guerrera, y chacarera a puro bombo. De ahí esa procesión se deriva a nuestros santos populares. Se los venera con un ritmo muy fuerte, en un montaje de fantasía de bombos. Es una composición coreográfica con sonido de bombos arriba, y es un ritual a nuestra Madre Tierra. Ahí termina la bienvenida, el prólogo”.

Otros artistas

“A partir de ese momento comienzan las intervenciones de los artistas como, José El Negro Juárez, que hace tres o cuatro canciones -anticipa-. Termina él y va un pasaje coreográfico que se llama ‘Presencia danza’; es la danza fusión expresada al máximo junto con una musicalización hecha con guitarra eléctrica, acompañada por percusión y voces; es maravillosa”.

“Termina este impasse e ingresa el Grupo Retumbo, integrado por Yago, Jesús y Nazareno Saavedra. Ahí entramos en lo contemporáneo, en lo inesperado, en la sorpresa. Ellos la invitan a Roxana Carabajal. A partir de entonces el espectáculo cambia de frecuencia, yéndonos a lo contemporáneo. Llega la fusión de boleadoras, zapateo, poesía, canto, ritmos ni hablar, con gran virtuosismo”, añade.

“Llega de nuevo un momento en que empezamos a bajar para ya entrar en el epílogo, que es un ritual de sonidos y de voces, para ir al encuentro final de las boleadoras, en un cuadro que es grupal e individual, y es un testimonio a la Madre Tierra, a la virtud que nos da, a la belleza del ritmo, a la fuerza del bailarín y de la bailarina, a la presencia. Le decimos: ‘aquí estamos Madre Tierra, con el Sol en nuestro pecho, con nuestro corazón abierto’, y retumba el suelo en las boleadoras. Es una comunión con la tierra”. “Entonces llega la canción de Peteco Carabajal, ‘Soy santiagueño, soy chacarera’, para celebrar el final”, avanza.

En equilibrio

“Hay una voz interna que me dice así: ‘Juan, vas bien en tu recuperación. Estás haciendo muy bien la tarea. Tienes que tener control e inteligencia activa con tu salud y tu energía, sin represión, sin tensión, no bandearte con las emociones. Y ese estado de equilibrio, de felicidad te va a dar algo maravilloso, pero no pases ningún límite”, concluye.

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