“Marty, tienes que venir conmigo. De regreso al futuro”
Dr. Emmett Brown en “Volver al futuro”
La otra brecha: Main Street vs Wall Street
Vivir en pandemia modificó muchos comportamientos. Pasar más tiempo en casa implicó un ahorro forzoso. La tecnología hizo lo propio acelerando tendencias que previamente existían. En el último año y medio, mientras la actividad económica mundial se desangraba, la actividad financiera ganaba cada vez más adeptos. Una brecha entre Main Street (la economía real) y Wall Street (la actividad financiera).
La gran inyección de liquidez para mitigar los efectos del poderoso virus, ayudó a que pequeños y grandes inversores volcaran sus excedentes en los mercados bursátiles, llevándolos a nuevos máximos.
Si bien la fiesta continúa, el precio es muy alto. El mes pasado Estados Unidos registró la inflación más alta de los últimos 13 años. Por ello, invertir en el exterior no es tarea fácil. Posiciones conservadoras (bonos del tesoro, por ejemplo) tienen rendimientos negativos en términos reales.
Cobertura frente a la inflación
Para hacer frente a la inflación, tradicionalmente se elige el oro. Sin embargo, la historia demuestra que en períodos de alta inflación la mejor cobertura se obtiene invirtiendo en acciones y commodities relacionados a la energía e industria.
“Con la dinámica de inflación y tasas, los inversores empezaron a meterse cada vez más en el universo de equities (acciones) a fines de buscar más rendimiento. Los portafolios revirtieron el famoso “60% bonos-40% acciones”. Hoy es al revés “60% acciones-40% bonos” para buscar un mismo retorno. Esa tendencia global, no tardó en llegar a Argentina”, afirma una joven operadora local de cuentas off-shore.
El mundo de la renta variable tiene su propia jerga y al hablar de acciones un amplio abanico de opciones se despliega. Una primera gran división sería entre empresas de gran tamaño versus pymes. Un ejemplo sería el caso de las compañías que forman parte de los Índices S&P 500 (Big Caps) o el Índice Russell 2000 (Small Caps).
Una segunda forma de clasificarlas sería distinguir entre compañías de valor (Value Stocks) o compañías de crecimiento (Growth Stocks). Basados en el análisis fundamental, las empresas Value, son aquellas infravaloradas por parte del mercado. Del otro lado, el estilo Growth se centra en detectar empresas cuyo potencial de crecimiento sea superior al promedio.
“Cada vez pierden más fuerza las clasificaciones tradicionales. La tendencia no es hablar de value-growth, big caps-small caps. El mundo está invirtiendo en acciones temáticas. El amplio desarrollo de ETS a su vez refuerza esa tendencia” remata nuestra joven trader.
Inversiones temáticas
Las inversiones temáticas consisten en crear un portafolio que se focalice en predecir las tendencias de largo plazo en contraposición a la opción de invertir en un determinado sector o compañía. Permite de esta forma a los inversores ser parte de movimientos estructurales que pueden revolucionar toda una industria.
A largo plazo se espera que las inversiones temáticas generen retornos superiores al promedio de mercado. El desafío consiste en identificar los futuros detonantes del retorno como consecuencia de cambio estructurales, haciendo una apuesta temprana en las transformaciones esperadas.
La tesis de inversión se centra por lo tanto en focalizarse en empresas que estén vinculadas en gran parte al desarrollo futuro. Los verticales podrían ser la creciente urbanización o el cambio climático. De esta forma, algunas áreas núcleo del desarrollo futuro están vinculadas a la tecnología 5G, energías renovables, inteligencia artificial, vehículos eléctricos, vehículos autónomos, cyber seguridad, robótica y gaming, por mencionar algunos de los sectores que ganaron popularidad.
La gran ventaja es que un inversor no tiene que preocuparse por entender, estudiar y mucho menos anticipar las nuevas tendencias. Si hay una necesidad, seguramente el capitalismo ya encontró una forma de abastecerla. El inversor simplemente tendrá que salir de shopping y bucear en el mar de ofertas disponibles a través de fondos comunes o ETFs (Exchange Traded Funds) temáticos existentes.
Cathy Wood, la Reina de la Innovación
Si de innovación se trata, probablemente los fondos de la gestora ARK (acrónimo de Active Research Knowledge o Conocimiento de Investigación Activa) sean hoy la vedette del mercado. Liderados por Cathy Wood, saltaron a la fama entre otras cosas, gracias a su apuesta temprana en Tesla, la compañía de Elon Musk.
El principal objetivo de estos fondos es concentrarse en el avance científico y tecnológico que desestabiliza a través de la disrupción. Ofrecen una amplia gama de inversiones focalizadas en temáticas que van desde la robótica y genoma humano hasta la innovación y exploración espacial.
Se trata de inversiones con grandes retornos esperados y por ende elevada volatilidad y riesgo. Si bien en mercados alcistas funcionan muy bien, ante un evento negativo suelen presentar grandes caídas. Un inversor conservador podría huir despavorido. Alguien sin experiencia operando en mercados bajistas, también.
El gran avance en la velocidad de las comunicaciones sirve entre otras cosas, para democratizar la información. Es por ello que las tendencias globales rápidamente se instalan en la agenda local. Invertir hoy en el futuro es cada vez más accesible. Ponderando adecuadamente los riesgos, cualquier individuo hoy puede ser parte de esas tendencias globales y sentirse en Wall Street, desde la comodidad de su casa.