Uno de los tantos manotazos de ahogado que lanzó Joan Laporta, presidente del Barcelona, en la pugna por reducir la masa salarial y así, respetando los límites económicos de la Liga, ofrecerle a Leo Messi un contrato acorde, tuvo que ver con invitar a jugadores a irse del club con el pase en su poder (Samuel Umtiti, Pjanic y Coutinho), cosa que no surgió efecto ya que ninguno lo aceptó, y por otro lado, invitar a aquellos que más dinero ganan a reducirse el sueldo.
Laporta seleccionó a tres de los contratos más potentes, los de Jordi Alba, Gerard Piqué y Sergio Busquets, y le pidió a cada uno que se rebajase el sueldo hasta un 40%. La causa, reducir la masa salarial y así utilizar esos porcentajes en favor del contrato de Leo Messi, algo que a las claras incomodó al crack y por supuesto evitó desde su sitio.
Más allá de que los tres hubieran aceptado hacerlo, algo que se desconoce, trasciende que Messi no habría aceptado que eso ocurriese. Es una situación incómoda que lo expone a él y por ello habría intercedido, y fue una de las razones por las que además, Piqué fue uno de los primeros en enterarse de que la decisión estaba tomada.