La Facultad de Medicina aplicará el “pase sanitario” para docentes y estudiantes

La Facultad de Medicina aplicará el “pase sanitario” para docentes y estudiantes

Los alumnos deberán presentar un certificado de que ya tuvieron Covid-19 o de que fueron vacunados contra la enfermedad para asistir a clases.

DEBATE. Autoridades de la Facultad de Medicina consultaron la medida con diferentes actores de la Facultad. DEBATE. Autoridades de la Facultad de Medicina consultaron la medida con diferentes actores de la Facultad.

La especulación por la aplicación del “pasaporta sanitario” en la provincia comenzó a circular hace un par de semanas. El concejal David Mizrahi, incluso, ya presentó en el Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán un proyecto para que sólo las personas vacunadas puedan entrar a bares, cines, restaurantes, shoppings y demás lugares cerrados. En el caso de la provincia, la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) se convirtió en la primera institución que decide implementar la medida.

Francia fue el primer país en aplicar el “pase sanitario” para ingresar a lugares públicos en espacios cerrados. A partir de entonces el debate se planteó en diferentes lugares del mundo. En Argentina, por ejemplo, la provincia de Buenos Aires fue una de las primeras en “copiar” la medida que llevó a cabo el presidente francés Emmanuel Macron.

Luego de que Mizrahi presentara el proyecto para la capital tucumana, el debate se inició en la provincia. Y, finalmente, es la Facultad de Medicina la que primero resolvió aplicar medida.

A través de la Resolución 491/2021 (puede leerse completa en la página oficial de la Facultad de Medicina), publicada ayer, la Facultad resolvió que docentes, no docentes y estudiantes deberán presentar un certificado que les permitirá ingresar a los establecimientos de la institución y así continuar con la ansiada presencialidad.

Los interesados pueden elegir entre dos tipos de certificados: uno que indique que ya tuvieron Covid-19 y se recuperaron, u otro que demuestre que ya recibieron (al menos) una dosis de la vacuna.

En el caso de los primeros, deberán demostrar que ya transcurrieron 14 días desde que les diagnosticaron la enfermedad y estará certificado por el médico tratante. Los segundos, mientras, deberán encontrarse en un período posterior a los 21 días luego de haber recibido la primera dosis de cualquiera de las vacunas disponibles. El certificado, en ambos casos, podrá ser presentado en forma física o digital.

Además, la resolución advierte en el artículo cuarto que “la medida complementa y de ningún modo sustituye la necesidad de que la comunidad educativa deba proseguir cumpliendo con las medidas preventivas ya adoptadas, tales como el distanciamiento interpersonal, el uso de tapabocas, la higiene de manos, y toda otra acción en el espacio público orientada a mitigar el impacto epidémico”.

En el artículo quinto, en tanto, aclara que la medida se dispone exclusivamente para las actividades presenciales.

Razones

Según el primer párrafo, la Resolución se establece debido a “la necesidad y urgencia de seguir contribuyendo a preservar la salud de la sociedad y de miembros de nuestra comunidad educativa, así como de aquellas personas que ponen a disposición sus cuerpos y dolencias para posibilitar el desarrollo de actividades académicas en esta Facultad”.

Luego, se enumeran las consideraciones que tomaron las autoridades universitarias para decidir llevar adelante la medida.

Entre ellas, la Facultad arguye que corresponde adoptar nuevas medidas y que existen herramientas para combatir la Covid-19, por lo que no se trata de un problema científico sino de idiosincracia de las comunidades que no quieren acatar las recomendaciones sanitarias.

“El consenso científico considera a las vacunas como herramientas fundamentales para mantener cifras bajas de contagios y prevenir brotes epidémicos en las comunidades”, dice el texto. Y sugiere que la sociedad “cuenta con diversas vacunas contra la Covid de razonable eficacia y seguridad que están cada vez más disponibles”.

También expusieron datos para sostener su argumento, como el hecho de que la variante Delta ya se encuentra en 124 países de todo el mundo y que el 90% de los contagios en Europa es de esa cepa; o que el 90% de los hospitalizados en países europeos son personas no vacunadas.

Por último, alegan la situación de América Latina -donde hay circulación comunitaria de la cepa en países limítrofes-; la inequidad global en el reparto de vacunas y que la libertad individual debe respetar los derechos colectivos.

“La distancia entre realidad actual y una futura inmunidad de rebaño está definida por dos variables: inequidad mundial en el acceso a las vacunas, y reticencia vacunal; y así como es difícil incidir en la inequidad global, se puede incidir en la reticencia vacunal local”, explica la Resolución. Y agrega: “los que no adquirieron inmunidad natural por la enfermedad o inmunidad artificial por su reticencia vacunal ponen en riesgo a toda la comunidad académica”.

El Centro Único de Estudiantes de Medicina y el Comité de Seguimiento de la Pandemia se expresaron en términos favorables a la decisión luego de haber sido consultados, según se explica en la Resolución citada.

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