Pocos rendimientos tan bajos como los de Boca y River antes de un Súperclásico. Es una ley no escrita que los equipos más importantes del país juegan el partido previo a al derbi con la cabeza en otra parte (justamente anticipándose), quizás con suplentes y con muchas dificultades para ganar. Exactamente todo eso sucedió ayer para uno y otro en sus partidos de la Liga Profesional.
Temprano en la siesta, Boca aburrió a todos con su presentación en Córdoba (0-0 con Talleres). El equipo de Miguel Ángel Russo sigue arrastrando los problemas que le trajo su accidentado viaje a Belo Horizonte, pero lo cierto es que juega mal antes de eso. Mucho antes. Lo preocupante es que, sin la Libertadores, aún no pudo ganar en cuatro fechas de la Liga Profesional y está en los últimos puestos. El partido del miércoles por los cuartos de la Copa Argentina puede marcar un antes y un después. Para bien y para mal.
En el caso de River, también con suplentes, volvió a cometer viejos errores y terminó resignando los típicos puntos que le faltan en los torneos locales. Arrancó perdiendo contra Huracán y pudo empatar sobre el final. Incluso pudo ganarlo, pero ya era tarde. Lo hecho, hecho estaba y no pudo dar vuelta la historia. La nueva aparición de Brian Romero como goleador entrega la sensación de que será un refuerzo que le de sus réditos a River. Por ahora, pasó todas las primeras pruebas.
En otros partidos de ayer, uno de los punteros, San Lorenzo, igualó 1-1 con Banfield. Y Defensa le ganó 3-2 a Gimnasia. Hoy: Argentinos-Central Córdoba; Patronato-Newell’s; Estudiantes-Arsenal y Central-Aldosivi.