30 Julio 2021
Rubén Moisello.
Uno no cree en las brujas, pero dicen que las hay; y los ejemplos sobran.
A veces da un poquito de vergüenza ver cómo se perjudican a algunos equipos del interior en beneficio de otros que, casualmente, son siempre los mismos.
Uno sabe que los árbitros son seres humanos que pueden cometer errores. El problema está cuando las equivocaciones son cíclicas, continuas y reiteradas en favor de los mismos equipos. Inevitablemente, eso genera un manto de sospechas; pero sobre todo menosprecia el trabajo, la dedicación y todo lo que ponen los dirigentes en los clubes del interior para mantener planteles, mucho más ahora cuando no hay ni siquiera ingresos por recaudaciones. Todo esto nos pone en una situación bastante incómoda.
Nosotros, cuando pensábamos que un árbitro podía llegar con algún tipo de directivas, hicimos el pedido de un veedor. Pero tampoco se puede estar así, porque corrés el riesgo de que se produzcan situaciones no queridas.
Apostamos al equipo, al fútbol y a que todo sea justo. Lo ideal es que no hayan cosas raras, que los partidos se ganen en la cancha y que el equipo que lo logre lo consiga sólo gracias a sus méritos deportivos.
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