El escenario era complicado en la previa, debido a la pandemia de coronavirus. Esta situación atípica fue similar para casi todos los seleccionados. Los equipos del hemisferio sur más fuertes, Australia y Nueva Zelanda, impusieron restricciones más estrictas que las nuestras para la cuarentena. Lo que afectó aún más a los jugadores argentinos.
Se excluyeron de los torneos de emergencia que organizó World Rugby para competir entre ellos y hasta sumaron a Fiji, el campeón olímpico, para algún torneo preparatorio. Mientras tanto, la Argentina sólo una vez pudo jugar con Gran Bretaña y no tuvo chance de roce ante las potencias. Pero de igual manera, los Pumas se impusieron en Tokio 2020. El premio: la primera medalla olímpica en la historia, y sumaron la primera para la delegación argentina.
A la definición no le faltó drama. No pudo contar con dos jugadores decisivos como Matías Osadczuk, lesionado, y el capitán Gastón Revol, suspendido por su expulsión ante los sudafricanos. En un partido bastante parejo, el desequilibrio llegó a través de Lautaro Bazán Vélez, Marcos Moneta e Ignacio Mendy.