El idioma anglosajón posee una palabra que no tiene una traducción exacta al español y que sirve perfectamente para definir a un área temática en particular que se ha puesto de moda por su uso frecuente, especialmente en los medios de comunicación. El término es “buzzword” y viene del sonido que hace la multitud de abejas, una repetición constante y confusa. Si hay una industria en la que las “buzzwords” hacen más ruido aún es la tecnológica. Muchas veces las expectativas de innovación son más fuertes que las aplicaciones concretas de un adelanto tecnológico, o bien, la promesa de una novedad tiene más valor que su rentabilidad efectiva. El efecto de este fenómeno es tan fuerte que ha llevado a crisis financieras tan fuertes como la “burbuja de las puntocom” en 2000, período en el que la sobrevaloración de las empresas asociadas a internet empujó al índice Nasdaq a superar los 5.000 puntos, para caer luego a su valor mínimo de 1.114.
El concepto de “inteligencia artificial” muchas veces se convirtió en “buzzword” y a la hora de evaluar a las empresas relacionadas con esta tecnología, los expertos recomiendan distinguir a las compañías que desarrollan y venden este servicio como producto central y las que la utilizan para complementar su cadena de valor. Desde Argentina se puede invertir en estos activos a través de Cedears, títulos que representan acciones de empresas cotizantes en los mercados internacionales y que pueden ser negociados en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Quienes apostaron por títulos de empresas tecnológicas tuvieron un 2020 de grandes ganancias pero también meses de mucha volatilidad, especialmente hacia fin de año. Sin embargo, existen compañías que en 2021 mostraron un sólido crecimiento, muchas de ellas impulsadas por el crecimiento de sus unidades de negocio relacionadas con el aprendizaje automático, entre ellas Google, Amazon y Microsoft.
Google utiliza inteligencia artificial en su producto estrella: las búsquedas. Según estadísticas, en cada segundo se efectúan más de 90.000 consultas en su buscador, el cual es capaz de cruzar múltiples variables en cada consulta: por ejemplo, el lugar donde se realiza, el historial del usuario, sus intereses, su idioma y el momento específico de la consulta, entre otros factores. Hace menos de un mes, la compañía anunció que está trabajando en una herramienta de inteligencia artificial “mil veces más potente” que la anterior para sus búsquedas, entrenada en 75 idiomas a la vez con un objetivo: entender con mayor precisión qué quiere saber el usuario, y ofrecerle los resultados más relevantes de las fuentes más fiables. En el último año, los Cedears de Google rindieron un 36,58% y en los últimos 30 días, un 14,93%.
Amazon aplica también inteligencia artificial no sólo para optimizar los resultados de búsquedas de los usuarios sino también para crear centros de atención al cliente en los que ya no operan personas. A través de redes neuronales, la tecnología “aprende” a establecer diálogos fluidos con los clientes, creando contextos de conversación para devolver respuestas a medida de cada cliente. Sin embargo, el negocio más importante de la empresa está depositado en sus servicios de inteligencia artificial que ofrecen sus servidores. A través de Amazon Web Service, la compañía presta soluciones de análisis de documentos, revisiones de código, robots de chats, análisis de imagen y video, transcripciones, traducciones, entre otros. En los últimos 30 días los Ceders de Amazon rindieron un 13,41%, pero si se los mide anualmente, el valor tuvo una caída del 6,80%.
Finalmente Microsoft es uno de los competidores de Amazon con su producto Azure AI, con el que desarrolla aplicaciones basadas en inteligencia artificial para servicios bancarios, financieros, de seguridad, educativos, científicos, industriales, entre otros. La empresa además cuenta con diversos productos masivos para usuarios, desde sistemas operativos, asistentes de tareas, hasta videojuegos. En las últimas semanas la empresa también fue noticia al lanzar una plataforma con la que los programadores podrán autocompletar código y replantear el futuro de la profesión. En el último mes, los Cedears de Microsoft rindieron 14,84% en el último mes y un 10,15% en la comparación anual.
Según la consultora PwC, en 20 años las tecnologías vinculadas a la inteligencia artificial podrían aportar al producto bruto mundial unos u$s 15.7 trillones, es decir, más dinero que los PBI de China e India juntos. Si bien 20 años para la economía argentina pueden significar una eternidad incierta, podrían también representar el horizonte de inversión de quienes apuesten de verdad por esta industria, más allá de futuras “buzzwords”, pandemias y coyunturas políticas que habrá que sortear.