“El nuevo código se encuentra volcado a la búsqueda de medios alternativos de resolución de conflictos. Nos permite encontrar posibles soluciones dentro del universo jurídico vigente que como norte claro debe cumplir con el preámbulo de nuestra Constitución Nacional: afianzar la justicia”, sostuvo el juez especializado en Niños, Niñas y Adolescentes Federico Moeykens al argumentar el fallo.
El magistrado agregó el valor de la justicia restaurativa que “procura por medio de un proceso de encuentro y diálogo en el que participan activa y voluntariamente víctima y ofensor, la reparación del daño a la primera, la restauración del lazo social, que parecería resquebrajarse y junto con ello la rehabilitación del ofensor”.
“Ese resultado restaurativo permite una participación activa de la víctima y que la comunidad cambie su mirada frente al ofensor y lo conciba como parte integrante de ella, facilitando el proceso de construcción de comunidades más pacíficas y evitando el incremento de litigiosidad y judicialización de los conflictos y sobre todo los efectos negativos que pudieran resultar del encierro”, destacó Moeykens.
El magistrado destacó que se debe reafirmar socialmente a la justicia restaurativa como una vía más de resolución del conflicto penal, sobre todo en lo que concierne a adolescentes en conflicto con la ley penal. Debemos exhortar a pasar al plano de las normas y políticas públicas a la realidad, propiciando la idea de que otra justicia es posible, beneficiando a la víctima, agresor y comunidad”, concluyó.