La bandera que el domingo a la noche los súbditos de su majestad flameaban en el estadio de Wembley para sustentar el equipo inglés, es en realidad italiana. Y hay más, pertenece a Génova. Una historia que se pierde en la noche de los tiempos, cuando en 1190, el rey Ricardo de Inglaterra pidió a la República de Génova utilizar la bandera de San Jorge a cambio de una contribución anual. ¿El motivo? La bandera genovesa garantizaba una suerte de inmunidad a cualquiera que surcara los mares. Un tributo que los ingleses regularmente han depositado hasta 1771, cuando de pronto, de punto en blanco, dejaron de pagar. Se reflotó la cuestión de la bandera en 2018 cuando el intendente de Génova, Marco Bucci, tomó papel y pluma y escribió a la reina Isabel. Está es una manera de recordar al mundo los orígenes de una bandera histórica que con Inglaterra no tiene nada que ver. (Traducido del italiano, fonte web Ferdinando Pérez).
Piero Fossati y Humberto Hugo D’Andrea