En marzo corrieron en Al Ula (Arabia Saudita). En mayo, lo hicieron en el lago Rosa (Senegal). El 28 y 29 de agosto irán a Kangerlussusaq (Groenlandia). El 23 y 24 de octubre la sede será Parà (Brasil). Y el 11 y 12 de diciembre, Tierra del Fuego hará centro en esta categoría automovilística que despierta conciencias. ¿De qué estamos hablando? De Extreme E, una serie de carreras a campo traviesa con SUV (“Sport Utility Vehicle” en inglés, “Vehículo Deportivo Utilitario” en español) eléctricos. Los llevan a competir en cinco ambientes extremos puntuales de todo el mundo, que ya han sido dañados o afectados por problemas climáticos y ambientales. Ártico, el desierto, el océano, el Amazonas y los glaciares están en la lista. El mensaje de fondo es destacar el impacto del cambio climático y la intervención humana en lugares remotos. Y promover la adopción de vehículos eléctricos y las soluciones con bajas emisiones de carbono para ayudar a preservar el medioambiente y proteger el planeta.
Un detalle: más allá de la pandemia, estas carreras no son abiertas a espectadores, sino que se transmiten por televisión en vivo y por las redes sociales. Otro: la categoría cuenta con el aval de la Federación Internacional del Automóvil.
Extreme E tiene a Alejandro Agag como fundador y CEO. Los equipos tienen sus particularidades, con pilotos internacionales involucrados, como el británico Lewis Hamilton y el alemán Nico Rosberg, ambos propietarios. Otra de las singularidades es que las duplas que intervienen están conformadas por una mujer y un hombre. Y varios son famosos: Mattias Ekström; Jutta Kleinschmidt; Carlos Sainz; Laia Sanz; Jenson Button; Sébastien Loeb y Cristina Gutiérrez.
Lo dicho: la Extreme E se las trae, y ya da que hablar.