Se puede sentir en su escritura que le gusta hablar de sus películas, y leer en su currículo una trayectoria que se reparte entre estudios y trabajos en Roma (Italia) y en el país; entre la televisión y el cine propiamente. Ese cine que asegura, “nunca morirá”.
Fernando Spiner ha dirigido “La boya”, “Aballay, el hombre sin miedo” y “La sonámbula” y presentó en noviembre “Inmortal”, una realización que abre hoy la nueva edición del Festival Internacional de Cine Gerardo Vallejo en la provincia, por fuera de las cuatro categorías en competencia (ver notas aparte). Y con “Poliladron” y otras producciones se ganó un espacio en la televisión argentina. “Han sido propuestas que me interesaron abordar y me enriquecieron y ayudaron a consolidar el oficio de director”, le dice a LA GACETA. El director, productor y guionista cuenta que observa en sus obras una búsqueda permanente a través de distintos géneros.
- El género fantástico es extraño en este país. Un personaje de “Inmortal” dice: “derrotamos la muerte, pero por un ratito”. ¿Estamos siempre en lucha entre la muerte y la vida?
- Es cierto que el género fantástico no es muy habitual en nuestro cine. Lo había abordado en mi primer película “La sonámbula”, escrita junto a los queridos Ricardo Piglia y Fabián Bielinsky. El fantástico es tal vez uno de los más políticos. En ese filme nos permitió hablar de la dictadura, del control social y de la memoria, que son temas muy importantes para los argentinos. En el caso de mi nueva película (ver “Inmortal”) el tema es la muerte y cómo confrontamos con ella en un contexto de crisis y capitalismo salvaje como en 2018, cuando rodamos el filme. Los hechos fantásticos suceden en los lugares cotidianos, en Avellaneda al borde del riachuelo, y las calles de la ciudad en medio de la crisis. El tema de la búsqueda de la inmortalidad es el gran tema de la humanidad, desde Shakespeare hasta Borges.
- Ha pasado desde “Poliladron” a un western gauchesco.
- La experiencia de “Poliladron” que citás, junto a otras como “Zona de riesgo” junto a Alberto Ure, o “Los 7 Locos y Los Lanzallamas” junto a Ana Piterbarg, me ayudaron a consolidar el oficio de director. “Aballay” (fue parte del Gerardo Vallejo) fue un filme independiente que quise producir y dirigir desde el año 90, y por suerte logré hacerlo. Fue una experiencia extraordinaria poder rodarlo en los Valles Calchaquíes con la participación de muchos técnicos y actores tucumanos. Abordar un western gauchesco tan genuino a nuestra propia historia, basado en el cuento del gran Antonio Di Benedetto, fue todo un desafío. En 2017 rodé una película intimista y experimental sobre sucesos de mi propia vida, “La boya”. A esta altura, creo que una característica que liga todos mis trabajos es una búsqueda permanente que se hace más evidente con el abordaje de diferentes géneros.
- ¿Qué lo conforma de una película, sea propia o ajena?
- Me gustan muchos tipos de cine, diferentes. Aprecio la verdad que encuentro en distintas propuestas, y me gusta cuando hay un universo propio que se construye en el filme. Como cualquier espectador, disfruto cuando puedo identificarme con los personajes que se ven en la pantalla. El cine es una puerta a variadas culturas y modos de narrar, por eso me gusta mucho ver cine argentino, porque accedo así a nuestra cultura, a nuestra lengua y a nuestras historias en toda la diversidad que tenemos. Veo con admiración y alegría que en Tucumán se han hecho en los últimos años películas de gran calidad, honestidad y verdad. También disfruto de ver realizaciones de culturas y de países lejanos, que son un aire fresco al cine norteamericano que acapara todas las pantallas. Necesitamos ver cine latinoamericano, y comprender cuál es nuestro lugar en el mundo, nuestras necesidades y problemáticas.
- ¿Cuál es su visión sobre el cine nacional?
- Veo nuestro cine con gran optimismo, pero es fundamental la decisión política y el apoyo que haya ddel Estado. Quienes solo piensan en ganar dinero, nos quieren convencer de que el cine es solamente entretenimiento, lo que es una gran mentira. Claro que también es entretenimiento, pero es la huella más poderosa que dejamos para el futuro y para las próximas generaciones; es la confirmación y la proyección de nuestras diferentes lenguas, de nuestros orígenes y nuestra diversidad, es un instrumento de formación y cambio permanente, un documento de nuestra mirada sobre el presente, que construirá el futuro. Viva el cine argentino.
“Inmortal”
En un mundo paralelo de vivos y muertos
La protagonista del filme es Ana Lauzer (interpretada por Belén Blanco), una fotógrafa radicada en Roma que regresa por unos días a Buenos Aires para hacer unos trámites. Su padre (Patricio Contreras), de quien estaba bastante distanciada, ha muerto hace poco tras la quiebra de su imprenta y ella debe resolver cuestiones ligadas con la sucesión y unas escrituras con Sara (Elvira Onetto), la última mujer del fallecido. Ana llega a Buenos Aires y a través de su viuda descubre que un científico llamado Benedetti (Daniel Fanego) fue contratado por una misteriosa fundación, para la que está desarrollado un mundo paralelo que permitiría que los vivos y los muertos entren en contacto. La película “Inmortal” está interpretada también por Diego Velázquez, Analía Couceyro y Elvira Onetto. Podrá verse gratis hoy durante todo el día en la inauguración del Gerardo Vallejo en el sitio oficial del festival, www.tucumancine.gob.ar
El espíritu
Latinoamericano, nacional y diverso
Será la segunda edición que el Festival Tucumán Cine se realice por streaming y, por tanto, es un desafío con el ojo puesto en la mujer y en la diversidad que se extenderá hasta el 31 La directora de Medios Audiovisuales del Ente Cultural, Adriana Chaya, afirma que hay que mantener latente el espíritu del encuentro: ser un espacio que represente la cinematografía nacional y latinoamericana, como así también a la producción y al talento local. “Queremos un festival que sea lo mas diverso posible y que abarque la mayor cantidad de miradas. Esta edición pone su foco en la mujer a fin de resaltar su rol dentro del audiovisual”, afirma. La directora destaca que se suma este año a la competencia los videoclips tucumanos: “es un género que viene creciendo y al que muchos realizadores se están volcando por su accesibilidad en sus modos de producción y su versatilidad. Tiene el plus de que se descubren tanto realizadores como artistas musicales locales”.