Lo inexplicable de un virus que nunca se sabe cómo actuará

Lo inexplicable de un virus que nunca se sabe cómo actuará

Al enfermar uno comienza a replantearse todo en la vida, dice Calderón.

Lo inexplicable de un virus que nunca se sabe cómo actuará
22 Julio 2021

La experiencia de Ricardo Calderón, Jefe del departamento de Enfermería del hospital Regional de Concepción, se sale del libreto sobre los casos positivos de covid-19. Asume que se contagió tras haber tenido contacto estrecho con dos colegas, en octubre, el epicentro de pico de casos en la provincia.

Cinco días después sonó la primera alarma biológica, el cansancio. Lo siguiente fue el aislamiento y una serie de testeos, todos negativos. Raro. Calderón no era el mismo jefe proactivo con pilas eternas. “Terminé asumiendo que estaba así por el estrés de no parar ni un segundo desde marzo”, le explica a LA GACETA. Sin embargo, el cuerpo a veces habla y nosotros debemos escucharlo.

No se dejó estar. Pasados 10 días desde el contacto estrecho recién dio positivo. Fue todo muy rápido, a partir de ese momento. Una mancha en uno de sus pulmones fue el indicio de una neumonía. “Es cuando comenzás a replantearte todo en la vida”, dijo. A este padre de cuatro hijos, el virus comenzó a arrebatarle el aire, entonces hubo que recurrir a pequeñas dosis de oxígeno. Y cuando la situación comenzó a ponerse fea, lo derivaron a un sanatorio privado en esta Capital.

“Me sentí crítico, crítico mal, viernes y sábado. No quería ver el celular, porque tanto mensaje de apoyo me hacía mal estando en terapia intensiva”, ese es el punto de inflexión cuando una persona, según reconocen quienes estuvieron en soledad, debe aferrarse a algo más para no perder la voluntad de vivir. En el caso de Calderón, la fe lo salvó.

“Fue lo que me ayudó a mí. Tenemos una profesión que es netamente humana, pero a veces nos olvidamos de algo tan simple como agradecer la vida”, considera.

Entre quienes día a día luchan por salvar vidas frente al coronavirus, hubo un cambio de mentalidad notable. Ejemplos, sobran. “El ordenamiento a la vida privada y el tiempo y calidad a los hijos, dejan de estar en un segundo plano. No es tan solo trabajar y llevar dinero para que no falte lo material”, asegura un Calderón entero, que no reparó en angustias cuando su hijo mayor (22 años) diera positivo de covid-19 días después de su alta médica. Por suerte, hoy la vida les sonríe a los dos.

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