El Fondo Nacional de las Artes distinguió una producción tucumana

El Fondo Nacional de las Artes distinguió una producción tucumana

El reconocimiento fue para la novela gráfica “Nikita”: la historia sobre un ex espía de la KGB al que le gustan el “chegusán” y Maradona.

“NIKITA”. La novela gráfica fue escrita por Guillermo Monti e ilustrada por Sejo (José María Delgado). “NIKITA”. La novela gráfica fue escrita por Guillermo Monti e ilustrada por Sejo (José María Delgado).

Al hablar de géneros, las historias que se cuentan a través de la tinta varían en matices, épocas e intensidad. Así, hay apuestas que merecían su propio espacio y, poco a poco, han logrado alzar su bandera dentro de las tendencias literarias actuales. Es por esto que el Concurso de Letras, el Fondo Nacional de las Artes (FNA) incluye una categoría especial de premiación dedicada a las novelas gráficas.

Con un formato que circunda entre las fantasías y la apuesta por estéticas inolvidables para la retina, nuestra provincia se llevó una mención gracias a “Nikita”.

La obra, guionada por el periodista de LA GACETA Guillermo Monti e ilustrada por Sejo (seudónimo de José María Delgado) hermana a Tucumán con Rusia a través de la vida de Nikita, un ex agente del Comité para la Seguridad del Estado (el temible KGB del período soviético) que termina siendo tachero.

Mientras las tarifas diferenciadas y los bocinazos se mezclan con la rutina de la urbe, los secretos de su pasado salen a flote con viñetas cargadas de chistes, reflexiones filosas, pelotazos de tucumanidad y la sabiduría “de la calle”.

Inspiración

La novela gráfica “Nikita” surge de casualidad o, lo que es lo mismo, de un asado entre Sejo y sus amigos.

“Recuerdo que en un momento nos pusimos a compartir anécdotas divertidas sobre Rusia. Estuve ahí en 1993 (poco después de la época de la Guerra Fría y la caída del Muro de Berlín) y conservaba muchas imágenes en la mente. Esos divagues me llevaron a pensar '¿qué pasaría si un agente del servicio de inteligencia viviera en Tucumán?'”, comenta el ilustrador con más de 30 años de carrera.

Sin embargo, aunque en contexto nos recuerde el apogeo e implosión de la Unión Soviética, en la obra hay apenas unos rastros de tinte histórico. “Nikita apunta al humor y hay toques de costumbrismo local. Precisamente, la gracia era que un cosaco coma sánguches de milanesa o visite Tafí del Valle”, aclara Sejo.

Lo cual no nos libra de una realidad utópica en la que el agente retirado le gana a Vladimir Putin en una carrera de osos por los bosques de Eurasia.

“A nivel personal, esta mención es emocionante porque nos lo brindó una entidad que apunta al reconocimiento de escritores y artistas nacionales”, acota Delgado, quien también publica historias sobre vikingos en una revista para niños de Barcelona.

“Nikita” aún no se encuentra en las librerías, pero sus autores ya han recibido y están negociando algunas propuestas para su pronta publicación.

¿Fusión o evolución?

Para muchos, los términos novela gráfica y cómics se prestan a la confusión. ¿Existen diferencias entre ambos?

“La novela gráfica es una manera elegante que se encontró de rebautizar a la historieta. En algún momento hubo una suerte de pretensión de distinguirlos, tal vez porque había algo vergonzoso en el hecho de confesar la lectura de historietas”, afirma Monti.

Con nombres que resuenan entre los fanáticos, el “estado de situación” de la novela gráfica en nuestro país nos conduce a varias reflexiones. “Argentina es una productora top a nivel mundial de artistas y escritores que suelen ser más editados, visibilizados y premiados en el exterior. La escasa cantidad de material que se edita e importa es, como dice el historietista Liniers (Ricardo Siri), una pequeña tragedia cultural”, expresa.

De todas formas, para Delgado el futuro aún puede ser brillante. “En nuestro país, el interés por las novelas gráficas recién arranca a gestarse. Además, la industria del cómic ha sufrido los golpes de la pandemia y los reveses económicos de los dispositivos tecnológicos (al leer menos en papel u optar por otro tipo de entretenimiento)”, reflexiona.

Estos traspiés llevaron también a algunos cambios en los formatos de distribución. “Por ejemplo, en Barcelona hay editoriales (vigentes desde hace 40 años) que dejaron de publicar ciertas revistas semanales para pasar a editar libros recopilatorios cada mes y medio. Esa modificación va a llevar a que las novelas gráficas y tiras tengan su lugar en la biblioteca. El poder de la imagen y una buena trama perduran en la memoria y el formato ha hecho que varias personas descubran que pueden leer hasta a autores como el poeta Edgar Allan Poe en cómics”, agrega.

Ficha técnica

- Cantidad de páginas: 122.

- Estilo de dibujo: franco-belga (similar al que vemos al hojear “Asterix”, “Las aventuras de Tintín” o “Los pitufos”) y con influencia de líneas norteamericanas y argentinas.

Sinopsis

¿Qué hace un antiguo agente de la KGB en una remota provincia del norte argentino?

¿Quién es realmente Nikita Kalashnikov, el devoto admirador de Diego Maradona que maneja un taxi mientras carga con el secreto de un pasado sorprendente? ¿Y qué lazos lo unen con Putin?

Las preguntas se acumulan y las respuestas están celosamente guardadas en “Nikita, nuestro hombre en Tucumán”, un thriller que mezcla acción, intrigas familiares, espionaje, definiciones cargadas de sabiduría futbolística y un desenlace digno de las mejores historias de Tom Clancy y René Goscinny.

Sugerencias

- “Nekrodamus”, de Horacio Lalia y Héctor Oesterheld.

- “Moby dick”, de Christophe Chabouté.

- “Ardalén”, de Miguelanxo Prado.

- “Maus”, de Art Spiegelman (la obra ganó un premio Pulitzer).

- “Persépolis”, de Marjane Satrapi.

- “Sandman”, de Neil Gaiman.

- “Creciendo en público”, de Ezequiel García.

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