Es innegable el hecho de que las redes sociales han cambiado nuestras vidas en todos los ámbitos. Así como existen cosas positivas que rescatar, también las hay negativas. En lo que respecta al físico cada día se muestran, venden y promueven arquetipos de belleza que no hacen más que afectar psicológicamente a los usuarios; en una carrera, que no lleva a ninguna parte, persiguen estos cuerpos esculturales y buscan todas las recetas posibles para llegar a la meta.
En este contexto, la aceptación y la lucha contra los cuerpos hegemónicos se ha vuelto más relevante: las plataformas comienzan a entender lo perjudicial de estos discursos y cómo aportan al desarrollo de trastornos de autoimagen y de alimentación. Pinterest, sitio web para buscar inspiración sobre el diseño en todas sus facetas, ha tomado la posta y, desde principio de mes prohibió todas las publicidades o testimonios relacionados con la pérdida de peso, como así también la difusión de productos, textos o imágenes que denigren cualquier cuerpo y las referencias al índice de masa corporal (IMC). Considera que estos puntos promueven la humillación corporal.
En la misma línea, Noruega aprobó hace días una ley que priva a los influencers y a marcas de publicar fotografías con retoques o filtros sin aviso previo. De esta manera, las personalidades públicas o empresas deberán incluir una etiqueta gubernamental que informe al internauta que una imagen ha sido editada.
Percepción imposible
“Cuando se plantea un modelo único de cuerpo, que no aloja diversidad, olvidando que todos somos diferentes, ciertas personas sienten que quedan por fuera y ese sentimiento deja marcas subjetivas muy importantes; las redes sociales no desencadenan trastornos de la conducta alimentaria (TCA, algo contra lo que Pinterest busca luchar) pero suman, contribuyen -explica la psicoanalista Maria Graciela Simón-; influye cuando a nivel de las redes se sostienen estos ideales, que en un punto son irreales, porque plantean una percepción imposible. Son ideales mortíferos”.
“Que el único modo de ser aceptado sea con cierto peso o cierta delgadez, no ayuda. En los adolescentes (aunque no son los únicos, aclara) esto es muy fuerte, porque ellos están en un tiempo de fragilidad: su estructura psíquica se está armando, están en una etapa de maduración. Y, de pronto sentir que la sociedad les devuelve una mirada negativa cuando se están armando para la vida y se presentan con el cuerpo que tienen, es fuerte”
Pinterest, en rigor, siempre ha sido un claro ejemplo de la hegemonía en la moda y la belleza. La aplicación promovía este tipo de cánones o ideales que la especialista considera mortíferos. De hecho, ella celebra que empiece a haber una cierta moderación en estos aspectos que, a la larga, pueden desencadenar trastornos. “No cualquier persona desarrolla un TCA. Muchos pueden seguir influencers o recibir esta información con este ideal de belleza y delgadez y en algunos impactar negativamente, pero no en todos. Estas medidas contribuyen a mejorar esto, porque moderan un sueño que se presenta como inalcanzable”, agrega.
La influencia
No son solo las redes sociales como Pinterest las que difunden estos ideales de belleza imposibles. Los influencers tienen gran responsabilidad: con sus famosas dietas, filtros o edición fotográfica moldean en su público un pensamiento aspiracional y una imagen difícil de lograr. “El influencer viene a adquirir una importancia que quizá en otro momento tenía que ver con los ídolos de la música o ciertos actores. Sobre todo para púberes y adolescentes, este famoso pasa a ser una figura idealizada. Que se avise esto (lo de los filtros), es un modo de humanizar a esa persona y no presentar un ideal que para muchos es inconseguible y fuera de la realidad, algo que encandila y no permite ver lo que la realidad muestra”, añade.
“Hace un tiempo subí una foto a cara lavada e hice una campaña con un par de amigos, para que subamos vídeos sin filtros. Hay que mostrar la realidad de lo que uno es, porque la gente te sigue y ve ideales de cosas que tal vez no existen, y eso los frustra mucho, porque es un objetivo al que nunca vas a llegar”, cuenta Pamela Peyrel, nutricionista e instagrammer (pamela.nutricion).
No hay regulación
Peyrel dice que uno de los hashtags más usados en las redes tiene que ver con el descenso de peso (#bajardepeso). “La gente busca una solución desesperada y entra en cualquier página. El tema es que no se puede regular la seriedad de lo que se vende en las redes y mucha gente se come ese verso para conseguir rápidamente el objetivo”, indica.
La especialista comenta que los jóvenes que se acercan a la consulta suelen ir muy influenciados por las redes. “Es por esa perfección de la cero grasa, la lipofobia (temor a las grasas o a engordar), algo que no tiene mucho sentido en un adolescente. Es una tendencia muy frívola”, asegura.
Directa o indirectamente todos, grandes y chicos, vivimos influenciados por la imagen hegemónica que muestran los nuevos arquetipos que se difunden en las redes. Y esta influencia no es del todo positiva. No hay que olvidar: los famosos muestran solo lo que quieren que veamos. “¿Cómo puedo influenciar a mis pacientes a través de las redes? mostrando mi estilo de vida, que voy al gimnasio... No estoy vendiendo una mentira. Yo creo que esto de los filtros está bien porque se vende algo que no existe, que es una irrealidad, y que no solo puede desencadenar TCA, sino la frustración constante del ser humano de no llegar nunca a la perfección, algo que es una utopía -finaliza Peyrel-; está bien que la persona busque la versión de sí mismo, pero no hay que perseguir la perfección. Son dos cosas diferentes”.