Preocupa la bajante del río Paraná

Preocupa la bajante del río Paraná

Descendió tres centímetros más ayer y los pronósticos son poco alentadores.

CERCA DE UN VALOR HISTÓRICO. En 1944, el Paraná llegó a -1,40 metros.  CERCA DE UN VALOR HISTÓRICO. En 1944, el Paraná llegó a -1,40 metros.
17 Julio 2021

Sigue preocupando la bajante del río Paraná, que descendió otros tres centímetros en las últimas 24 horas frente al puerto de la capital entrerriana. Se mantiene con una altura de -17 centímetros (debajo del nivel del mar), lo que configura la peor situación hídrica detectada desde 1944, cuando llegó a -1,40 metros.

También bajó a la altura de las ciudades entrerrianas de Diamante y La Paz, y se mantiene lejos de sus niveles normales frente a Victoria.

La actual bajante mantiene al río lejos de su nivel de aguas bajas (2,30 metros) y de su altura promedio en julio (3,10 metros) en Paraná. Por otra parte, ya superó las marcas de 1971 (0,50 metros), las de 2020 y 1970 (0 metros), y hay que remontarse a 1944 para registrar una situación peor que la actual.

Según información publicada por Télam, ese año, 1944, el río marcó -1,40 metros frente a Paraná, al igual que en Diamante (-1,38), Victoria (-41) y en La Paz (-1,11).

El Instituto Nacional del Agua (INA) indicó que persiste una “perspectiva al 30 de septiembre netamente desfavorable, con probabilidad cierta de extenderse en los subsiguientes cuatro meses, por lo menos”.

En Diamante, la altura del río bajó un centímetro hasta los 12. En La Paz, alcanzó los 28 centímetros. Mientras que en Victoria se mantiene estable con un metro de altura. Para ese puerto, se espera un promedio en julio de 0,95 metros, 2,86 por debajo del nivel mensual promedio desde 1996 y 1,14 metros inferior al promedio de julio 2020.

La bajante “impactó fuertemente en acopiadores, fileteadores, transportistas y más de 3.000 familias de pescadores”.

El INA estimó que julio será “especialmente crítico” y espera impactos en “las tomas de agua para consumo urbano, para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales”.

La institución también alertó sobre problemas en “la navegación fluvial, fauna íctica, estabilidad de márgenes” y una “exposición a incendios en márgenes e islas”.

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