16 Julio 2021
He observado con honda preocupación la invasión de la calle pública -concretamente, la Avenida Perón en sus primeras cuadras de Yerba Buena- por agentes de la Guardia Urbana Municipal, quienes vallaron parcialmente la arteria para “control” deteniendo de modo aleatorio la marcha de algún vehículo en flagrante extralimitación a las facultades que le son propias. Este organismo creado por ordenanza municipal Nº 2.076 y modificado por ordenanza Nº 2.134, con el propósito de “… fortalecer la presencia del Estado municipal en la vía pública y mejorar las condiciones de seguridad y convivencia…” ha estado permanentemente ampliando su ámbito de actuación, azuzado por las normas que le sirven de base. De cuerpo civil “no armado” (artículo II de la ordenanza) ha pasado a blandir escopetas con letales postas de goma y de “…seguridad, prevención, protección y resguardo de personas y bienes y de auxiliar de la Policía de Tucumán”, ha ampliado su radio, reforma mediante, a ejercer “funciones de inspector municipal en materia de tránsito, transporte, saneamiento y medio ambiente”. Resulta imperiosa la urgente sanción de una ley que ponga quicio a la actuación de las policías municipales que como monstruo sin cabeza amenaza de modo grave, cierto e inmediato las libertades individuales y el ejercicio de los derechos y garantías reconocidas por nuestras Constituciones nacional y provincial.
Víctor Manuel Rougés
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