Todavía no se han cumplido dos años desde la aparición del nuevo coronavirus, pero pareciera que llevamos décadas padeciéndolo. Sin embargo, y pese a todo lo que ha transcurrido en este tiempo, también es cierto que la humanidad está escribiendo el libreto sobre el escenario. En consecuencia, lo que un día parece una verdad absoluta, al otro no lo es. Una pregunta que aún sigue rondando es por qué hay personas que se contagian y otras que no. Son recurrentes los casos de parejas, por ejemplo, que, aún compartiendo la misma cama, sólo uno de los miembros se enferma.
"Quien duerme con un enfermo de covid-19 tiene entre un 40 % y un 50 % de posibilidades de contagiarse".
Los médicos destacan que, en principio, ocurriría lo mismo que sucede con otras enfermedades infecciosas: un poco influye la carga viral del caso índice; otro poco, qué tan sintomático o asintomático es el primer infectado (alguien con tos transmitiría más que alguien sin tos). También se debe considerar otro factor, como las características de la exposición (no es lo mismo compartir una habitación que conversar a cierta distancia y con un barbijo puesto).
Eduardo López -infectólogo, jefe del Departamento de Medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y miembro del comité de especialistas que asesora al Gobierno nacional desde que se ha desatado la pandemia- menciona un cuarto aspecto, como el momento en que se toma contacto, pues previamente al inicio de los síntomas es cuando se excreta la mayor cantidad de virus. Pero, ¿es posible que haya factores del huésped? ¿Hay diferencias en nuestros organismos que sean determinantes? "Naturalmente, algunos organismos tienen más chances de contagiarse que otros. Esto se llama inmunidad natural y puede definir no sólo que ocurra el contagio, sino también que la enfermedad sea asintomática, leve o grave -responde López-. De hecho -prosigue-, una persona con un buen nivel de anticuerpos puede bloquear el ingreso del virus en la misma puerta de entrada".
Con exactitud, los datos estadísticos indican que quien duerme con un enfermo de covid-19 tiene entre un 40 % y un 50 % de posibilidades de contagiarse, precisa López. Es decir, que el porcentaje de transmisibilidad no llega al 100 %, aún cuando se trata de un contacto súper estrecho. Y esa mitad o 60 % restantes se deben a los factores mencionados, como la carga viral y la sintomatología del emisor, el tiempo y el momento de la exposición y la inmunidad natural del receptor. "En los chicos la transmisibilidad baja al 20 %", ilustra el infectólogo.
El sars-cov-2 se transmite de una persona hacia otra a través de gotitas procedentes de la nariz o la boca, que salen despedidas cuando el infectado tose, estornuda o habla. Inicialmente, se creía además que si esas gotas quedaban flotando o caían sobre alguna superficie, podían contagiar también. No obstante, esta línea viene siendo rechazada. "Aquí, la clave es la imunidad. Todo depende de cuán rápidamente responda nuestro cuerpo al ingreso del virus", añade López. Obviamente, la carga viral y la exposición interpretan roles cruciales, pero el médico rescata la importancia de las defensas y, por consiguiente, de las vacunas.
- ¿Se puede reforzar la inmunidad natural?
- No hay una medida específica. Se sabe de algunas variables, como alimentarse de manera sana, tomar vitaminas, realizar actividad física y llevar una vida tranquila. Pero no son infalibles.
- ¿Una persona vacunada puede contagiarse?
- En distintos porcentajes, todas las vacunas evitan cualquier forma de covid. Las más eficaces, en un 95 %. Las menos, en un 65 %, aproximadamente. Pero todas las vacunas son eficaces contra las formas graves. Sin embargo, la aparición de nuevas variantes nos obligan a contar con dos dosis, por lo menos, para alcanzar esa efectividad.
- Una vez que se ha colocado la vacuna, ¿cuándo se activa esa protección?
- Se requieren unos 20 días tras la primera dosis para adquirir un primer nivel de inmunización. Pero como las vacunas que se usan en Argentina contemplan dos colocaciones, recién después de haber completado el esquema se considera que la protección es adecuada.
Llegado este punto, López abre un paréntesis y se detiene en la aparición de la cepa Delta, que se identificó por primera vez en la India a finales de 2020 y hoy está presente en 75 países. Estudios preliminares muestran que es un 60% más transmisible que la variante británica Alfa y que habría una reducción en la efectividad de las vacunas de AstraZeneca y Pfizer frente a casos sintomáticos con una sola dosis. Empero, se piensa que ambas conservan altos niveles de efectividad frente a hospitalizaciones. Hasta el momento, en la Argentina se detectó la variante en 15 viajeros que ingresaron al país desde Estados Unidos, Europa, México y Paraguay. Todos fueron aislados y la propagación se contuvo, pero los expertos creen que en algún momento comenzará a circular.
Ante esta acechanza, López insta a completar el esquema de vacunación en la mayoría de la población, pues en un escenario de una sola dosis no hay compromiso de eficacia. "La segunda dosis es importante porque constituye un refuerzo; aumenta los anticuerpos. No se conocen todavía estudios sobre qué sucede transcurridos más de seis meses", explica. En la última reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa), la Argentina optó por acortar el intervalo entre la primera y la segunda dosis de las vacunas disponibles. Así las cosas, se pasó de 12 a 8 semanas en el caso de AstraZeneca y Sputnik V y a cuatro semanas para Sinopharm.
De las más de 20 millones de vacunas que se distribuyeron en nuestro país, la rusa es la que llegó en mayor número: unos 10 millones corresponden a Sputnik V. Este fármaco consta de dos componentes diferentes, adenovirus 5 y adenovirus 26. Es una plataforma similar a la de otras vacunas, como la Johnson & Johnson. Pero diferente a la AstraZeneca, por ejemplo, que tiene sus dos elementos similares. Esto ha generado una complicación, porque muchas personas esperan la segunda dosis de Sputnik, pero los cargamentos llegan de manera irregular desde Moscú. "En aproximadamente un mes, la variante Delta va a empezar a ser circulación comunitaria. Tiene que incrementarse el ritmo de vacunación", concluye López.