Un imprevisto desborde de jóvenes del grupo etario de 20 a 24 años se produjo ayer en el nodo de vacunación de Concepción. Fue sorpresivo, y algunos hasta se resignaron a tener que retornar otro día a causa de la cantidad de asistentes.
Las autoridades sanitarias se mostraron entre sorprendidas y satisfechas debido al notable interés de la población juvenil por recibir la primera dosis de la vacuna contra la covid-19.
La respuesta a la convocatoria fue diferente a la que días anteriores reveló el grupo de 30 años, ya que ese registro de vacunados fue bajo.
“Vine por temor al virus, quiero sentirme protegido y también para ayudar a que esta pandemia pase lo antes posible”, expuso César Merhel, de 23 años.
“La verdad es que no pensaba encontrarme con tantos chicos de mi edad. Es reconfortante la responsabilidad que muestran en medio de otros que se resisten a vacunarse al asumir las teorías conspirativas que proliferan por las redes sociales y en algunos medios de comunicación”, apuntó por su parte Mauricio Muñoz, de 23 años.
Cifra superada
A la asistencia de los jóvenes se sumaron la de otros grupos etarios que llegaron espontáneamente a recibir la segunda dosis. Hasta el mediodía de ayer se habían inoculado 500 personas, de un total estimado de 1.200 para toda la jornada. La cifra fue superada al final.
“Nos pone contentos este tipo de respuesta por parte de los jóvenes que comprenden la importancia de la vacuna. El proceso se está desarrollando normalmente, atendiendo también a la gente que llegó espontáneamente a recibir la segunda dosis de la Astrazeneca y de Sinopharm”, dijo la médica Roxana Ibáñez, del Siprosa.
La espera de los asistentes esta vez no fue tan agobiante al instalarse fuera de la Casa de Caná -sede del nodo de vacunación-, una enorme carpa con cientos de sillas que permanecieron repletas hasta después del mediodía. “Vine porque uno quiere que la vida de todos vuelva a la normalidad. No tengo miedo a todo lo que se vino diciendo en contra de la vacuna, sino a la posibilidad de contagiarme y contagiar”, dijo Ingrid López, de 20 años. “En mi caso nunca dudé en que me tenía que vacunar. Y en esto cada uno es responsable de su decisión. Es una satisfacción hacerlo para protegerme y proteger”, sostuvo Macarena Iturbe, de 22 años.