Hace poco escribí llamando la atención sobre los niños víctimas de la miseria y la corrupción (20/6/21). Hoy tenemos que lamentar la muerte de otra niñita víctima, entre otras cosas, de la miseria. Es triste tener que preguntar a los gobernantes una vez más ¿de qué creen está hecha la miseria? Y ¿qué creen que puede resultar de la miseria sumada al consumo de droga? Toda esta catástrofe social no tiene otros responsables que los políticos, que en sus proyectos solo vieron estrategias de poder, fondos para comprar voluntades, e inundar a una sociedad, en gran parte analfabeta, con frases de catálogos, vacías de contenido y corazón, olvidándose de las consecuencias y arrastrando a millones de familias y niños a la más ominosa miseria. ¿Cuántos niños, mártires inocentes, más se necesitarán para que los responsables entiendan que se equivocan de camino y que la corrupción mata?
Juan C. Díaz Ricci