La semana pasada se había publicado en esta sección acerca de la importancia que tiene manejar adecuadamente la cobertura del Residuo Agrícola de Cosecha (RAC) de la Caña de Azúcar en el lote cosechado, para mitigar los malos efectos que provocan las quemas posteriores de este material.
Técnicos de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) habían disertado, además, sobre cómo mitigar los problemas que origina la quema y, a la vez, aprovechar las ventajas energéticas que tiene el adecuado manejo de esta cobertura.
Continuando con la temática de aprovechar las ventajas de un adecuado manejo del RAC, los técnicos de la Eeaoc trabajan investigando los otros beneficios que aportan al cultivo de la caña de azúcar. Principalmente al manejo posterior de las malezas que afectan a los cañaverales.
La cosecha en verde de la caña de azúcar genera grandes cantidades de RAC, que puede permanecer como cobertura sobre la superficie del suelo. En nuestra provincia, luego de la cosecha de la caña de azúcar comienza la temporada de lluvias, que favorece la liberación de compuestos solubles en agua que forman parte de la composición química del RAC.
“Desde la sección Agronomía de la Caña de Azúcar de la Eeaoc, dentro del proyecto Manejo Sustentable de la Caña de Azúcar y bajo la dirección de Patricia Digonzelli, nuestro grupo de trabajo se dedica desde hace varios años, al estudio y a la caracterización química de los extractos acuosos del RAC, y a su posible actividad alelopática frente a diferentes malezas que afectan a los cañaverales tucumanos”, explicó María Laura Tortora, integrante de esa área.
“La alelopatía es un fenómeno biológico, por el cual un organismo produce compuestos bioquímicos que influyen en el crecimiento, en la supervivencia o en la reproducción de otros organismos. Entre los compuestos químicos que se liberan al suelo a partir del RAC hemos identificado la presencia mayoritaria de diferentes compuestos fenólicos derivados del ácido benzoico. Estos compuestos tienen una actividad alelopática comprobada”, precisó.
La cantidad de compuestos fenólicos solubles totales resultó diferente según la variedad, obteniéndose valores de 15,37 mM eq fenoles/kg de RAC para la variedad LCP 85-384, y de 8,90 mM eq fenoles/kg de RAC para TUC-95-10. Teniendo en cuenta la cantidad promedio de RAC que permanece en el campo luego de la cosecha del cañaveral y la media de lluvias que se da en nuestra provincia durante los meses de cosecha, se prepararon extractos acuosos de RAC con diferentes concentraciones.
Contó que estos extractos se utilizaron en bioensayos en invernáculo, bajo condiciones controladas, para evaluar su efecto sobre la germinación y sobre el crecimiento de malezas importantes en el cultivo de la caña, tales como Amaranthus palmeri (“ataco” o “yuyo colorado”), Thitonia tubaeiformis (“pasto cubano”), Eleusine indica (“pata de gallina”) y Sicyos poliacanthus (“tupulo”).
En forma preliminar, dijo que observaron que las concentraciones evaluadas no redujeron la germinación de las semillas de ninguna de las malezas estudiadas, pero que sí modificaron su crecimiento. Precisó que las concentraciones más altas de los extractos acuosos de RAC presentaron un efecto alelopático que disminuyó el desarrollo inicial de todas las malezas evaluadas, las cuales presentaron menor velocidad de crecimiento y una disminución en el peso fresco y seco. Esto genera expectativas para futuros usos de estos extractos en el manejo de malezas.
“Nuestro grupo continúa realizando investigaciones sobre este tema, dirigidas a obtener bioproductos a partir de extractos acuosos de RAC, que constituyan alternativas sustentables y adecuadas para el control efectivo de malezas. Esto agregaría valor al RAC al convertirlo en materia prima para la obtención de bioinsumos”, puntualizó la especialista.