-Buenos días, vicegobernador.
-Buenos días, gobernador.
El choque de puños, al saludarse fríamente hoy en el tercer patio de la Casa Histórica ha sido la exteriorización de las relaciones tensas de la fórmula gubernamental. Juan Manzur aguardó que el presidente Alberto Fernández hablara al país antes de darse vuelta y saludar al presidente de la Legislatura y también al intendente capitalino Germán Alfaro, tal como lo había anticipado un día antes cuando fue consultado sobre qué haría al verse, nuevamente y cara a cara, con el otro integrante del binomio gubernamental. El celo del sistema de seguridad no permitió retratar el momento por parte de la prensa, pero sí hubo fotografías oficiales que tal vez, con el correr de las horas, salgan a la luz. O no. Jaldo ingresó al solar histórico y se ubicó en el patio tal como lo había previsto el protocolo diseñado por cuestiones de seguridad, de sanidad ante la pandemia y de institucionalidad. Sus custodios y su equipo de prensa quedó afuera, de la misma manera que pasó con los medios de comunicación. Mientras se esperaba que se desarrollen los actos en la Sala de Jura, el vicegobernador aprovechó para dialogar con el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, y con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. La frialdad en el trato se percibió en el ambiente. Ambos funcionarios nacionales ya habían jugado, anteriormente, en favor del gobernador en la interna peronista que se desató en marzo pasado, con la elección del defensor del Pueblo, Eduardo "Lalo" Cobos, como excusa. En realidad, la relación ya venía mostrando fisuras.
A Wado de Pedro, Jaldo le indicó que tiene toda la predisposición para avanzar en la unidad del Frente de Todos en Tucumán y le transmitió que, más allá de las circunstancias, Peronismo Verdadero no sacará los pies del plato en apoyo de la gobernabilidad del presidente de la Nación y de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. El ministro del Interior está al tanto de las conversaciones que Jaldo viene manteniendo con el senador y presidente del Instituto Patria, Oscar Parrilli, muy cercano a la titular de la Cámara Alta. Con Cafiero, en tanto, fue una charla de ocasión. Y nada más.
El frío abrazo final del vicegobernador con los ministros nacionales fue el corolario de la incomodidad en territorio manzurista. Jaldo, que sí se reconfortó con el abrazo con el presidente de la Nación, se fue caminando hacia su vehículo oficial desde la Casa Histórica, mientras que el intendente de San Miguel de Tucumán, visiblemente ofuscado por el desaire de las autoridades, se dirigió hacia la plaza Independencia con una frustrada caminata para descubrir una placa recordatoria de las obras de remodelación del paseo público.