Sólo el ingenio San Juan no forma parte de los 15 establecimientos que fabrican azúcar y alcohol en Tucumán. Este será el cuarto año consecutivo que no protagoniza una zafra, y 20 los años de idas y vueltas judiciales sin que resuelvan el concurso de acreedores del Complejo Agroindustrial San Juan SA.
En 2001, en plena crisis económica, el ingenio y destilería propiedad del Grupo Jorge entró en concurso preventivo y luego la Justicia dispuso un plan de salvataje o cram down, que posibilitó la transferencia de los activos y pasivos a la firma Constructora del Tucumán SA, del Grupo Omil.
Esta medida no conformó al Grupo Jorge, y la transferencia quedó en stand by varios años. Los propietarios pidieron la nulidad de la medida, interponiendo una medida cautelar. Ese recurso, que llegó a la Corte Suprema de la Nación, le dio la razón al Grupo Jorge tras 17 años.
La historia escrita en esos años, revela un rosario desaciertos en el ingenio que ayudó a su decadencia. Lo que comenzó con el Grupo Omil continuó con una cantidad de arrendatarios que asumían la explotación temporal del ingenio para hacer negocios con la comercialización de azúcar y alcohol y endeudar a la fábrica por salarios, servicios y proveedores. El Gobierno provincial aportó efectivo y hoy es un gran acreedor.
En 2019 otro fallo de la Justicia tucumana entrega de nuevo al ingenio a Constructora SA, argumentando que “es innegable el estado de inactividad y abandono de la explotación”.