Por Mariana Apud
04 Julio 2021
En lo que va de la Copa, y en gran parte de su ciclo, la Argentina de Lionel Scaloni se caracterizó por los cambios. Desde que asumió, el santafesino no pudo repetir los mismos nombres. Con ello, también se le complicó mantener los esquemas de juego. Scaloni afirmó, antes del partido ante Bolivia, que en todas las ocasiones en la que realizó cambios, lo hizo porque consideraba que no podía hacerlos. No porque había una intención de que su ciclo se caracterizara por ello. “Me hubiera gustado repetir”, afirmó. Desde el debut contra Chile, la cantidad de modificaciones entre un equipo titular y el siguiente fueron de cuatro, seis, siete y ocho jugadores. Los esquemas usados fueron dos: 4-3-3, como anoche, y 4-2-3-1.
Las razones de las modificaciones en este torneo, tal cual lo esgrimía Scaloni en conferencia de prensa, las hizo por motivos obligados. Bajos rendimientos, amonestaciones y lesiones. Con el panorama de no poder, diferente al no querer, mantener los nombres del “11” titular es que el ex jugador de Newell’s viene construyendo lo que hasta aquí, lo hizo mantener un invicto de 17 partidos, constituyendo la tercer mejor racha de la historia de la Selección argentina.
Los números son buenos, acertados para llegar hasta una semifinal. Sí, es cierto que no hay -todavía- un equipo que salga de memoria. Quizás no lo haya. Llegar a un funcionamiento exitoso, se viene construyendo por otro lado en el ciclo Scaloni. Se rige más por una base sólida, antes que por un esquema rígido. Es decir, pese a que llega a la victoria, se anima con convencimiento a cambiarlo según el contexto que demanda la realidad de competencia. Ahora, el que demanda es Colombia.
Lo más popular
