Los nuevos desafíos de los que trabajan con la voz

Los nuevos desafíos de los que trabajan con la voz

Cada 3 de julio se rinde homenaje a quienes hacen de la locución un arte. Tina Gardella reflexiona sobre las implicancias de ejercer la profesión en pandemia.

TINA GARDELLA. “Hay que buscar la forma de acompañar y creo que esta profesión lo sabe hacer”, afirma. www.fcedu.uner.edu.ar TINA GARDELLA. “Hay que buscar la forma de acompañar y creo que esta profesión lo sabe hacer”, afirma. www.fcedu.uner.edu.ar
03 Julio 2021

Hoy se celebra el día del locutor: la voz de esa persona que a diario acompaña, escucha y empatiza con la sociedad y que, quizás, de forma casi imperceptible se hace lugar dentro de nuestro hogar y entra en nuestra rutina, y a la vez marcha firme y se consagra como un actor clave.

“La locución está movida siempre por dos elementos: la época en que nos toca vivir y la interpelación tecnológica (las plataformas, las redes, etcétera)”, advierte la directora de la carrera de Locución de la Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (Unsta), Mary Esther "Tina" Gardella.

El paso del tiempo y los cambios que se producen en el imaginario colectivo obligan a los profesionales a procurar formas de relacionarse con el público que se van transformando, pero que nunca dejan de tener un denominador común: la responsabilidad social.

“Cómo van cambiando las cosas hace que, más allá de una matriz de estética vocal, se necesiten otras dimensiones a manejar que son cada vez más fundamentales. Quien hace uso del micrófono tiene una tremenda responsabilidad”, considera.

Esa tarea, el compromiso de comunicar, tiene una carga mayor si se analiza en el contexto actual. La pandemia y el aislamiento han quebrado todas las estructuras conocidas y obligan a encontrar nuevas maneras de comunicar, “Estamos hablando de pandemia: muerte, pérdidas, falta de trabajo, soledad, encierro. Entonces, ¿cómo hacer para que, sin esconder lo que está pasando, no se fomente el desánimo, la paralización, el miedo, la angustia, pero a la vez que la gente se aferre a sus sueños y esperanzas?. Hay que buscar la forma de acompañar. Creo que de todas las profesiones, la locución es la que mejor lo sabe hacer”, estima Gardella.

Cuidar al oyente

El sinónimo de acompañar es cuidar, pero se presenta un nuevo reto: ¿cómo cuida un locutor si ni siquiera conoce a quien está del otro lado? “Lo hace cuidándolos del egoísmo, de la crueldad, de las palabras huecas, del sinsentido, de la opinión propia”, responde la docente, y advierte que hay una tendencia a la autorreferencialidad: “‘yo creo u opino tal cosa del gobierno’, se suele escuchar”, dice y recuerda, que el profesional ante el micrófono habla como un personaje público y que el medio, cualquiera fuere, es de servicio público.

La experiencia conviviendo con el coronavirus se traduce hoy en un llamado a la acción y, si bien, aquellos momentos de reflexión son importantes, es necesario también tener un rol más proactivo. “No es la retórica permanente, es decir: ‘locutores, hagan de la palabra la compañía y el cuidado que la gente necesita, siempre considerando el nivel de nuestros públicos, que son muy inteligentes, respetuosos, que nos hacen sentir su cariño. Hay que devolverles la realidad de lo que está pasando, pero siempre apostando al optimismo esperanzador”, agrega Gardella.

En un escenario tan complejo, es necesario ajustar el discurso y tomar ciertos recaudos. ¿A qué le tendríamos que decir ‘no’? “Una de las primeras cuestiones que tenemos que rechazar es la autorreferencialidad, la opinión por la opinión misma, el individualismo, el subestimar al público”, sostiene. En contraposición, recomienda optar por la autopercepción, el posicionamiento profesional. “Estar siempre del lugar de la gente, de quien necesita, del trabajo en equipo y del crecimiento del público”, subraya.

Dar fe

“Tenemos una gran contra hoy y es que hay poca escucha y autoescucha, estamos inmersos en sociedades donde todo se puede, no interesa mucho lo que dice el otro o cómo lo dice, y los medios, también carecen un poco de eso”, considera la profesional, y rescata el rol de una figura muy importante: el director artístico. “Tenía una visión holística, nos escuchaba y hacía que ese medio tuviera un estilo, una personalidad”, destaca.

“Hoy nos encontramos con una sumatoria de programas más que programaciones, con una sumatoria de individualidades más que conjuntos de propuestas”, reflexiona Garedella, a la vez que destaca la diversidad de profesionales y de medios que ofrece la provincia. “Tucumán es muy cosmopolita en el campo de la locución, están todas las vertientes, todos los géneros y todos con cada vez más crecimiento”, describe.

“Estamos hoy con un sujeto muy hedonista, individualista y narcisista, pero esto nos constituye a todos como sociedad, no sólo a los jóvenes”. Ante tantos desafíos, es necesario buscar un equilibrio para ser lo más profesionales posibles, asegura. “Pero profesional no del título, sino de dar fe, para que la gente tenga confianza de que si digo lo que digo es porque los hechos pasaron así y si, con el tono de mi voz, estoy queriendo decir algo, eso no es una pose o una impostura, sino que es la honestidad de alguien que está frente al micrófono”, concluye.

Una reunión en la revista Antena
Un poco de historia

Cada 3 de julio se festeja en nuestro país el Día Nacional del Locutor en conmemoración de la creación de la Sociedad Argentina de Locutores (SAL). La intención de la celebración es homenajear a quienes se dedican a esta profesión. Los orígenes del festejo nos llevan al año 1943, cuando 21 profesionales se dieron cita en la redacción de la revista Antena, ya fuera de circulación, para crear un marco que los agrupara. Así fue como decidieron fundar la SAL, cuyas primeras autoridades fueron Pedro Olmo, presidente, y Roberto Galán, secretario. También estaban Raúl Marmagno Cosentino, Ricardo Berutti, Eduardo Besnard, Ricardo Bruni, Roberto Cano, Juan Bernabé Ferreyra, Carlos Fontana, Carlos Foresti, Juan Carlos Grassi, Jorge Homar Del Río, Carlos Iglesias, Roberto Lafont, Milton Lima Mansilla, Rodolfo López Ervilha, Jaime Mas, Juan Monti, Alberto Rial, Rodolfo Torwill y Pedro Valdez.

En su sitio web, la SAL rememora aquel momento histórico y cita el relato de Galán, famoso presentador de programas televisivos. “La idea surgió durante un encuentro propiciado por la dirección general de Correos y Telégrafos, que solía convocar a locutores de las principales emisoras porteñas. Era para conducir el tradicional desfile militar del 9 de julio en la zona de Palermo. Al conocernos, los locutores, nos dimos la mano, ya que estábamos distanciados y competíamos entre nosotros“, explicaba el conductor.

"Radio Belgrano era popular; Splendid, aristocrática y El Mundo, en un plano intermedio. Del Río preguntó acerca de formar una entidad que agrupara a los locutores y la propuesta gustó", siguió su recuerdo.

Finalmente, pasaron siete años para que el 3 de julio de 1950 se instituyera la fecha del festejo para reconocer el trabajo de quienes con su voz engrandecen la radio y la televisión.

(Producción periodística: Guadalupe Pereyra)

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