Por Bruno Farano
01 Julio 2021
IMAGEN REPETIDA. Los jugadores de San Martín se acostumbraron a celebrar seguido. Así, lograron acortar la brecha con los de arriba y meterse en la pelea por la cima. LA GACETA / FOTO DE DIEGO ÁRAOZ
Las buenas noticias siguen llegando a La Ciudadela. El empate como local de Atlanta ante Alvarado, del martes por la tarde, le permitió a San Martín hacer valer más el trabajado triunfo sobre Deportivo Maipú.
En la última fecha, el “Santo” acortó aún más la diferencia con los tres equipos que tiene por delante en la zona A de la Primera Nacional. Ahora el líder Gimnasia y Esgrima de Mendoza (quedó libre en la última jornada) está a tres puntos; mientras que Tigre y Atlanta (igualaron sus respectivos duelos), a dos. Al “Matador”, San Martín lo visitará en tres fines de semana, mientras que el “Bohemio” aún debe quedar libre, por lo que en Bolívar y Pellegrini se ilusionan con terminar muy bien posicionados en la primera rueda.
“No hay que perder la humildad”, advirtió Pablo De Muner luego del triunfo contra los mendocinos. El DT apuesta a que sus pupilos mantengan el nivel exhibido desde su llegada y continúen mejorando juego tras juego.
Justamente, si San Martín hoy está en una posición más que expectante, mucho tiene que ver la evolución que mostró desde la asunción del nuevo cuerpo técnico.
De Muner tomó el timón en la fecha 7 del torneo. Hasta ahí, el “Santo” había sumado seis puntos, debido a tres empates y una victoria (1-0 sobre Nueva Chicago en la jornada 6, de la mano de Floreal García). En aquel momento, los líderes (Gimnasia de Mendoza y Tigre) tenían 15 unidades, y en el medio había una gran cantidad de equipos.
Pero, en silencio, San Martín se fue acomodando. En la siete fechas posteriores, sumó cinco victorias (Belgrano, Deportivo Riestra, Estudiantes de Río Cuarto, Temperley y Deportivo Maipú) y dos empates (Almirante Brown, en el debut de “Tomate” y el “Lobo” mendocino). Esos 17 puntos le permitieron ponerse en carrera nuevamente en su zona.
Pero más allá del repunte en unidades, el “Santo” mostró una evolución en el juego y una solidez que en las primeras jornadas del torneo parecía una utopía. Bajo el mando de De Muner, convirtió 10 goles y solamente recibió tres.
Como visitante lleva cuatro juegos con la valla invicta (además de no haber recibido goles en cinco de la últimas siete jornadas. Y desde la llegada del nuevo entrenador mostró contundencia jugando en su casa: le marcó dos goles a todos los rivales a los que enfrentó.
“El equipo sigue creciendo, mejorando y hay que disfrutarlo. Pero no debemos desviar nuestro verdadero objetivo. Queda mucho por delante y debemos seguir por el mismo camino”, aseguró De Muner, pidiendo comenzar a pensar en Agropecuario, el próximo rival.
El “Sojero” servirá como una nueva prueba para San Martín. En este torneo está invicto jugando en Carlos Casares. En seis partidos, sumó dos triunfos y cuatro empates. Justamente, Atlanta (cayó 1 a 0) y Tigre (igualó 0 a 0) fueron dos de los equipos que no pudieron torcerle el brazo al equipo que dirige Manuel Fernández.
“Hay que seguir por este camino. El equipo está bien, pero sabemos que todavía nos quedan mejorar muchas cosas”, plantó bandera Lucas Diarte, uno de los futbolistas que mejoró considerablemente su nivel de la mano con el equipo.
El “Santo” disfruta un enorme presente, pero la idea fija es seguir subiendo hasta llegar al paraíso.
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