Copa América: se ganaron un 10 colectivo

Copa América: se ganaron un 10 colectivo

En el último partido de la fase de grupos, Argentina no se relajó ante un rival débil: lo goleó y dejó una imagen sólida.

FELICIDAD. Luego de anotar el tercer gol de Argentina, el segundo en cuenta personal, se armó la ronda de festejo. El 10 argentino fue felicitado por su gran definición. FELICIDAD. Luego de anotar el tercer gol de Argentina, el segundo en cuenta personal, se armó la ronda de festejo. El 10 argentino fue felicitado por su gran definición.

S La victoria de Argentina por 4 a 1 ante Bolivia dejó una estela de datos positivos: primera en su grupo, sólo dos goles en contra, siete a favor que deberían haber sido más por situaciones generadas. Conceptos claros, más que nada desde lo matemático.

Y en el campo de juego también quedaron clarificados varios conceptos. Principalmente para todos los compañeros de Lionel Messi. Ser dependientes de un jugador, por más que sea el mejor del mundo, no es lo ideal. Con el rendimiento de Argentina, quedó demostrado que tampoco hay necesidad de ello.

La “Messidependencia” que tantas veces alegró a Argentina y tantas otras la salvó, ahora mutó. O mejor, se resignificó. De la “Messidependencia” se pasó a entender que él también puede ser acompañado, una idea mucho más sana y no tan riesgosa en un juego colectivo. Scaloni podría haber prescindido del capitán para que descansara, pero no. Ante los bolivianos era el partido ideal: darle un respiro tras jugar todos los minutos de los últimos cinco juegos. Al mismo tiempo, era el duelo perfecto para que suceda lo de anoche y la confianza crezca.

Es bien sabido que Messi se maneja en la línea del “ni en el potrero de Rosario me gusta salir” y Scaloni le viene haciendo caso, aunque ante Paraguay hizo el intento de sacarlo. Esta vez, el DT prefirió que sea titular. Como todos los técnicos de la selección que tuvieron a Messi, Scaloni también lo planta como “el” pilar. Pero en lo que va de esta Copa, sumado a los dos partidos de Eliminatorias, el DT tiene un plus de confianza en el resto de los que pueden acompañar a “Lio”. Por eso es que el sistema se resignificó. El “10 más y Messi”, diferente a “Messi y 10 más”, deja el espacio a, que si él no juega en altísimo nivel como ante Uruguay, tiene la compañía adecuada que garantiza sumar de a tres en un partido, como sucedió ante Paraguay.

En el Arena Pantanal el bajo rendimiento de Bolivia, la peor selección de la Copa que no sumó ningún punto, contribuyó a que Argentina pudiera usar todas sus armas. Un trámite permisivo; una licencia que Ecuador, el próximo rival en cuartos de final, no dará. Pero esas buenas sensaciones, esa conocida “inyección anímica” ya está en el ADN de la selección. Tanto de los que estuvieron ante Bolivia y los que lo vieron desde afuera.

Nuevamente con seis modificaciones de por medio, hubo victoria. Los que estaban en el banco de suplentes -entraron todos- y los que estaban en la tribuna pueden hacer lo mismo. Replicar los múltiples desbordes por la izquierda que construyeron Marcos Acuña y Alejandro Gómez apuntalados por Messi, es posible. Así llegó la primera conquista argentina, con firma final del “Papu”. Bien rápido, Argentina puso el dominio del juego de su lado, a tal punto que Bolivia no podía pasar la mitad de cancha con la pelota.

Desde ese momento todo fue de los de Scaloni. Ángel Correa aportó una actividad incesante en lo ofensivo. Gómez siguió siendo una molestia con sus ingresos al área. “Papu” llevó al límite las marcas bolivianas a tal punto que le cometieron un penal que Messi convirtió en gol. Después, con pelota en movimiento, “Lio” definió a la carrera, ingresando por el centro del área, “colgando” la pelota por encima del arquero boliviano, Carlos Lampa, figura de su equipo pese a los cuatro goles. Antes Sergio Agüero, también de manera magistral, fue quién habilitó a su amigo. “Kun” quedó en deuda, más que nada, por no marcar. Salió media hora antes del final y su reemplazo, Lautaro Martínez, hizo en menos de un minuto lo que él no pudo en todo el tiempo en cancha. Ya lo dijo Scaloni en la previa: “podemos darle guerra a todos”. Ahora, deberán dársela a Ecuador.

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