Más espacios verdes, un desafío para la pospandemia

Más espacios verdes, un desafío para la pospandemia

29 Junio 2021

La pandemia de coronavirus aún parece estar lejos de llegar a su fin. Sin embargo, en estos meses nos ha dejado algunas lecciones que serán necesarias revisar para el mundo pospandemia. Uno de los puntos importantes tiene que ver con la disponibilidad de espacios verdes en las ciudades, los cuales se han convertido en lugares esenciales por razones de salud.

Después de las cuarentenas estrictas, en urbes de todo el mundo, las plazas y los parques comenzaron a adquirir un papel fundamental. Y Tucumán no fue la excepción. Estos espacios supieron dar respuesta a las necesidades de ocio, descanso e intercambio colectivo de los habitantes que, en muchos casos, estuvieron meses confinados en sus casas.

Además de presentarse como sitios de esparcimiento y encuentro ciudadano, los espacios verdes poseen un rol esencial en el enfriamiento de las ciudades y constituyen un refugio contra el ruido. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirma que estas áreas verdes inciden directamente en la mejora de las condiciones ambientales, ya que colaboran en el aumento de la calidad del aire, la reducción del efecto invernadero y la captura de carbono, por lo que aumentar la cantidad de estos espacios, acondicionarlos y mantenerlos debería ser una prioridad para los gobiernos.

En una reciente nota publicada en nuestro diario, la arquitecta Verónica Mansilla, experta en urbanismo, sostuvo que las plazas y parques se están recuperando como un espacio social, un aspecto que habían perdido. Durante años fueron solo un lugar de circulación. La pandemia nos hizo revalorizar la vida en sociedad y al aire libre, en contacto con la naturaleza, señala la especialista.

Lamentablemente, estos pulmones urbanos (que sirven como reguladores climáticos) son insuficientes para la ciudad. Un relevamiento del Observatorio de Fenómenos Urbanos de la UNT mostró que San Miguel de Tucumán, por ejemplo, tiene casi 6 m² de espacio verde por habitante, lejos de los 10 y 15 m² recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Al igual que la ciudad, muchos otros municipios deberían mínimamente duplicar el área de espacios verdes.

Otro punto que reclaman los vecinos: salvo por las mejoras que se hicieron en las plazas más importantes, en muchos barrios los espacios verdes no tienen el mantenimiento adecuado. Hoy las plazas alejadas del centro son las que más necesitan ser rescatadas, y no solo por su componente estético dentro del paisaje, sino porque algunas están tan abandonadas que nadie las usa y terminan siendo focos de inseguridad e insalubridad.

Se sabe la importancia que tiene el ejercicio para la salud de la población. Incluso también en esta pandemia hemos aprendido que poner el cuerpo en movimiento es un gran aliado contra las enfermedades. Asimismo, diferentes estudios confirman que la actividad física en un entorno natural es una ayuda contra la depresión y puede reducir los indicadores de estrés. Por todo esto, hoy más que nunca urge incrementar la cantidad de estos espacios verdes donde los vecinos puedan mejorar la calidad de vida. Y en este punto, la proximidad es esencial.

La sociedad está revalorizando cada vez más plazas. Y las autoridades no pueden mirar al costado. Es uno de los grandes desafíos. Sumar sitios públicos y que tengan una función definida: deben ser convocantes y atractivos para no convertirse en focos de inseguridad. Debe hacerse cuanto antes una planificación urbana que devuelva a los espacios verdes la relevancia que necesitan. Es algo que agradecerán los habitantes actuales y las generaciones futuras.

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