Joyas y una millonaria suma de dinero en moneda nacional y extranjera. Ese es el botín que una banda de delincuentes “boqueteros” se llevó en la madrugada de ayer de cinco locales de una galería del microcentro que tiene salida por Junín, Mendoza, Maipú y San Martín, en el corazón del microcentro y de la city bancaria. Los mayores perjudicados fueron los dueños de una joyería y los de una financiera.
Según los primeros indicios de la investigación, al menos cinco delincuentes habrían ingresado primero a un edificio lindante y desde allí habrían pasado a la terraza del centro comercial. Minutos después de la media noche, se valieron de toda clase de herramientas para hacer un boquete en el techo y en una reja de hierro para acceder así a los comercios y oficinas de la planta alta.
Los ladrones recorrieron las instalaciones y pintaron con aerosol las cámaras de seguridad para no ser reconocidos. Luego utilizaron amoladoras para violentar las cajas fuertes y así hacerse con el botín. Una mujer que estaba encargada de la seguridad de la galería quedó en la mira dado que declaró que se había quedado profundamente dormida y que no había advertido ningún ruido sospechoso. A los investigadores eso le llamó la atención dado que sospechan que los delincuentes estuvieron varias horas en el lugar y que debieron haber generado un ruido considerable, ya que rompieron vidrios y usaron amoladoras.
La Policía fue alertada del atraco casi cinco horas después. Cuando el personal de la seccional 1ª al mando del comisario Alfredo Díaz llegó al paseo de compras, se encontró con cinco locales ultrajados, incluyendo la oficina administrativa de la galería. A lo largo de todo el inmueble los uniformados encontraron barretas, discos de acero, cables, mochilas, pinzas, una gubia y algunos relojes que los delincuentes perdieron en el camino.
La mujer que custodiaba la galería, según trascendió, formaría parte de una empresa de seguridad privada dirigida por un comisario en actividad. El fiscal Pedro Gallo, de la oficina de Robos y Hurtos II, ordenó que la investigación sea desarrollada por la división de inteligencia D2, donde prestaría servicios ese comisario, dejando de lado a la seccional 1ª y a la división de Robos y Hurtos que habían realizado las primeras averiguaciones.