En los últimos días, y ante el avance de las campañas de vacunación en el mundo entero, trascendieron noticias de algunas personas que fallecieron a causa de la covid-19, pese a estar vacunadas, incluso con ambas dosis en los casos de los fármacos que así lo requieren. Eso ha disparado las dudas: ¿por qué murieron si estaban inoculadas? ¿Qué ha ocurrido con la supuesta protección que otorgan las vacunas?
En primer lugar, el especialista Gustavo Costilla Campero -vicepresidente de la Sociedad Argentina de Infectología y jefe de ese servicio en el hospital Padilla- explica a este diario que ninguna vacuna, ni las que se utilizan en la Argentina ni las que se emplean en otras latitudes, otorga una inmunidad total. "Todas las vacunas son efectivas. Reducen el riesgo de una hospitalización entre un 85 % y un 94%", precisa. Sin embargo, no lo anulan.
"El nivel de protección es altísimo, pero no es del 100%. Además, es esperable que a medida que se vacune a millones de personas más, se produzcan más fallecimientos", añade. Esto es así porque mientras en los ensayos clínicos las vacunas han demostrado una importante eficacia con un número determinado de voluntarios, en el mundo real esa efectividad suele ser menor.
El segundo punto a tener en cuenta es que no todos los individuos tienen la misma respuesta inmune frente a la vacunación. "Mientras algunas personas alcanzan un nivel adecuado de anticuerpos, otras no tanto", dice. Y es que esa respuesta depende de varios factores, como la genética, la edad, el estado nutricional, los antecedentes personales y la presencia de ciertos medicamentos o infecciones. "A medida que más gente se vacune, más informacón habrá. Se sabe que con una dosis se obtiene un nivel considerable de protección. Y con dos, más todavía. Pero hay un porcentaje ínfimo, entre las millones de personas vacunadas, que están quedando excentas de responder adecuadamente", precisa. Por eso es importante -concluye Costilla Campero- continuar con las medidas de prevención, como el lavado de manos, el distanciamiento social, el uso de barbijo y la ventilación de los ambientes.
Un relevamiento de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva halló que al 28 de mayo último el 86% de los pacientes internados con coronavirus en unidades de terapia intensiva no estaba vacunado, un 12% tenía al menos una dosis y un 1,5% contaba con los dos pinchazos. Además, según datos del Ministerio de Salud de la Nación, de las casi 8 millones de personas que recibieron la primera dosis, luego de los 21 días de la primera aplicación se enfermaron el 1,60%.