El algarrobo, la Facultad de Ciencias Naturales y un premio para los Valles

Un proyecto elaborado por un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), que busca rescatar al fruto del algarrobo para la alimentación de los pueblos nativos, fue seleccionado en la convocatoria del programa nacional Ciencia y Tecnología contra el Hambre, de entre casi 500 propuestas de todo el país.

"Las comunidades originarias son poseedoras de numerosos saberes. Captarlos o catalogarlos a través de nuestra cultura occidental es una tarea que no resulta sencilla; por eso, haber logrado reconocer y puesto en valor uno de estos saberes constituye uno de los pilares de nuestra propuesta", explica la doctora María Inés Isla, directora del Instituto de Bioprospección y Fisiología Vegetal (Inbiofiv, dependiente de manera conjunta del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas -Conicet- y de la UNT) y conductora de la iniciativa premiada. Desde hace varios años, trabaja con su equipo en la zona de los Valles Calchaquíes. Los investigadores, acompañados por la comunidad, estudian la flora nativa y las plantas medicinales y alimenticias que se empleaban antaños.

La convocatoria del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCyT) apunta a potenciar, desde el sector científico y tecnológico, las acciones públicas que reviertan problemáticas como la malnutrición infantil, la emergencia alimentaria y la pobreza en todo el territorio nacional. De las exactamente 461 iniciativas presentadas a fines del año pasado, se seleccionaron 147, entre ellas, la de la UNT. Además, hubo otro cuatro proyectos tucumanos que resultaron elegidos. Las propuestas ganadoras contarán con un financiamiento total de más de $ 900 millones, asistidos por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), a través de la Secretaría de Asuntos Estratégicos.

El proyecto galardonado está dirigido a promover la soberanía alimentaria y a reforzar la alimentación de las comunidades indígenas y campesinas de Amaicha del Valle, mediante la revalorización y aprovechamiento de un recurso vegetal nativo, como es el algarrobo. "Se busca generar una cadena de valor aprovechando el fruto entero, inclusive las semillas que, por lo general, son descartadas", añade Isla.

En concreto, mediante el desarrollo de un protocolo de producción sustentable de harinas elaboradas a base de vainas, mesocarpo y semillas de algarrobo, se pretende obtener un producto certificado por su calidad y denominación de origen. Por otro lado, procurarán  elaborar al menos dos productos alimenticios funcionales utilizando estas harinas. Además, los investigadores consignaron que la producción de harinas orgánicas no refinadas de vainas enteras tendrá un impacto en la salud de las personas y será un beneficio y estímulo a la producción y economía local y regional.

El proyecto involucra la activa participación de la comunidad local, del consejo de ancianos, de grupos de mujeres productoras de pastelería a base de harina de algarrobo, de alumnos de las carreras de gastronomía en la Escuela de Adultos de Amaicha del Valle y de alumnos y docentes de la  Escuela Agrotécnica de Amaicha del Valle, entre otros. En esta primera etapa se trabajará en Amaicha del Valle. La idea es abarcar toda la zona de los Valles Calchaquíes y luego incorporar este producto en otras comunidades de Tucumán.