Cuatro goles en 15 partidos con la camiseta de San Martín y un rendimiento parejito que lo transformó en uno de los puntos más altos que tiene el equipo, marcan que Juan Imbert vive un momento con el que soñó durante mucho tiempo. “Era una deuda pendiente lograr un buen rendimiento jugando en mi provincia”, confiesa en diálogo con LG Deportiva, con la idea firme de transformarse, de una vez por todas, en profeta en su tierra.
Si bien en 2015 logró un ascenso con Atlético, hoy es casi una pieza inamovible dentro del equipo “santo” y eso le otorga un plus, de acuerdo a su perspectiva. “Es un futbolista clave. Le aporta muchísimo al equipo tanto en lo táctico como en la generación de juego”, explican puertas adentro del cuerpo técnico “santo”.
Hoy se lo nota mucho más maduro y versátil que años anteriores, por eso tal vez se muestra feliz y pleno. El Imbert que llegó a San Martín en el comienzo de 2019 es capaz de aportarle mucho desde lo táctico al equipo. Puede moverse como volante de juego, como mediapunta o como extremo, aportando desequilibrio ya sea por el centro o por los costados. Y, sobre todo, anotando su nombre en la tabla de artilleros, algo que no había sido su fuerte durante la primera parte de su carrera. “Estoy viviendo una buena etapa en San Martín”, dice el jugador que está de regreso en su provincia tras muchos años recorriendo ciudades; con su familia, sus amigos y disfrutando de una nueva etapa de su vida (hace un mes anunció que será papá por primera vez). “Creo que el momento personal me ayudó mucho. Hoy me siento bien, disfruto de una muy buena etapa futbolística. Espero poder seguir de esa manera; me siento feliz y con ganas de seguir mejorando día a día”, agrega.
El parate que sufrió el torneo le vino al pelo. Pudo superar una molestia en el tobillo derecho que lo tenía a maltraer durante los últimos partidos y espera el duelo de esta noche en el parque San Martín con otro aire. “Nos vino bien este tiempo”, asegura, tirando por la borda ese pensamiento de que la suspensión del torneo podría llegarle a cortar el envión al equipo.
Más allá de que eso recién se verá esta noche, el volante piensa que al plantel le vino bárbaro este tiempo de trabajo. “Al grupo lo veo bien, metido, con ganas de seguir progresando y de poder terminar de acomodarnos en la tabla. Aprovechamos esta semana para seguir creciendo en la idea de juego y para pulir esos detalles que siempre hay que mejorar”, sentencia, con la idea fija de que el “Santo” pueda repetir las actuaciones que mostró ante Belgrano y Deportivo Riestra. “Nuestra idea es mantener ese nivel. Si lo conseguimos, y mejoramos en los aspectos que no nos dejaron conformes, crecerán las chances de ganar”.
Si bien el “Lobo” mendocino se muestra más agresivo como visitante que como local, está segundo en la zona A y se aparece como una muy buena medida para el “Santo”. “Todos los rivales son difíciles. En este torneo no hay partidos accesibles”, advierte Juan antes de sacar a la luz la receta ganadora. “Con el grupo trabajamos muy bien. Estamos fuertes de la cabeza y eso es muy importante. Sabemos que tenemos que estar metidos, no bajar la intensidad nunca y tratar de hacer nuestro juego; el que venimos haciendo en los últimos partidos y que nos permitió volver a ponernos en carrera”, concluye Imbert quien, contenido por sus seres queridos y viviendo un momento único en su vida personal, logró saldar una cuenta pendiente y hoy aparece como la nueva estrella “santa”.