Cristian y Fernando Achén volvieron a la escena delictiva. El jueves, ambos fueron detenidos en Lules durante un operativo por venta de estupefacientes. La División Antidrogas de la Policía Federal (PFA) allanó ese día un drugstore y una vivienda, donde ubicaron a los dos sospechosos. Además, secuestraron cocaína y marihuana, entre otros elementos.
Los procedimientos se concretaron por orden judicial y después de un año investigación en esa localidad provincial. Así lograron atrapar a los dos sospechosos, quienes fueron señalados como jefes del clan familiar.
Según datos del caso, Cristian y Fernando “organizaban la venta en sus domicilios particulares” y “hacían cómplices y partícipes a hijos y a sus respectivas parejas”. En los allanamientos se encontraron medio kilo de cocaína de máxima pureza, dispuesto en dosis y prensado, dos kilogramos de marihuana en “bagullos” y $ 50.000 en efectivo.
Esta vez, los Achén fueron objeto de una nueva investigación penal en el fuero federal, aunque entre sus antecedes se han registrado varios casos vinculados también a la distribución de estupefacientes en la comisaría local y a estafas.
Cristian y Fernando habían estado presos en 2009. Su lugar de alojamiento era entonces la comisaría de El Manantial. En junio de 2010, un vecino denunció que los hermanos vendían droga en la misma dependencia policial. Una filmación mostró a Cristian intercambiando algo con un joven en la vereda de la comisaría, aunque esta denuncia nunca fue probada en el proceso oficial.
Ambos recibían por esos tiempos un trato especial en la comisaría. Pasaban los días como presos VIP: se les permitía salir de la celda y circular sin restricciones, como lo estableció luego un informe interno de la propia Policía.
Agentes de la fuerza provincial que trabajaban en la comisaría habían declarado en el sumario que los Achén hacían "trabajos" para los jefes. Por el caso, fueron separados 23 policías, entre los que se encontraban el entonces jefe de la Regional Oeste Víctor Pacheco y el segundo jefe de la comisaría de El Manantial, Hugo Marcelo Gaitán.
En 2011, los hermanos fueron condenados por venta de droga.
En 2012, una mujer denunció que había sido estafada por los hermanos Achén mediante la venta de un Volkswagen Gol. Conforme a la denuncia, la víctima había pactado transferirle el auto a cambio de $ 50.000. Se llevaron el rodado, pero los acusados no entregaron el dinero.