¿A dónde se van los ex presidentes cuando dejan el poder?

¿A dónde se van los ex presidentes cuando dejan el poder?

Por Carmen Fontán - prof. titular de Derecho Constitucional - UNT.

06 Junio 2021

“Las normas democráticas requieren de la voluntad de los gobernantes para aceptar la derrota, dejar el cargo luego de perder una elección, seguir las reglas incluso cuando vayan en contra de sus propios intereses” (Lisa Anderson, The Ex-presidents. Journal of Democracy. 2010, p. 64).

Los trabajos sobre la salida de la política, en general, y en el caso de los presidentes, en particular, son prácticamente inexistentes. La mayor parte de los estudios sobre carreras políticas centran su atención en la entrada o desarrollo de estas. Hay escasos estudios sobre su retiro, la forma en que los ex políticos invierten el capital acumulado durante su carrera, las razones por las que dejan la política o el lugar a donde van luego de hacerlo (Manuel Alcántara, 2012). En Latinoamérica los liderazgos presidenciales estuvieron históricamente acompañados de una notoria ausencia de controles y un mayor poder que, por ingeniería institucional y cultura política, se desbalancearon a favor de la figura del ejecutivo. Por tanto, dejar el cargo, como atributo sine qua non para la continuidad de un régimen democrático, representa uno de los mayores retos para democracias jóvenes como un elemento fundamental en términos de transparencia y rendición de cuentas exigible a cualquier sistema político democrático. El estudio sistemático de la salida de la política, en general, y las trayectorias de los expresidentes, en particular, ha sido una cuestión que ha pasado desapercibida, tanto en la academia como en la opinión pública.

Argentina tuvo 31 elecciones presidenciales desde la sanción de la Constitución Nacional de 1853 y el actual presidente es el número 54. Si contabilizamos desde el retorno democrático, hubo ocho elecciones presidenciales sucesivas, el máximo período de estabilidad institucional desde el siglo XX hasta acá. Alberto Fernández se convirtió en el cuarto mandatario peronista que llega por los votos a la Casa Rosada, luego de la dictadura militar; y Cristina Fernández es la primera vicepresidenta que asumió después de haber ejercido dos veces la primera magistratura. En nuestro sistema constitucional, a semejanza del Presidencialismo de EEUU, no hay ninguna norma que prevea la actuación posterior de los ex presidentes, como por ejemplo tiene Francia donde pasan a integrar el Consejo Constitucional.

A cuatro décadas de las transiciones a la democracia, tanto en Europa como América Latina la cifra de expresidentes seguirá aumentando, debido al incremento del número de países democráticos, por un lado, y a las expectativas de vida, por el otro. Desde 1970 alrededor de 1.170 individuos en el mundo han ocupado el cargo de jefe de Estado o de Gobierno en aproximadamente 190 países; de ellos, alrededor de 30 han sido monarcas -es decir, no tienen que abandonar el cargo-; 85 han muerto en funciones; alrededor de 115 han sido depuestos por acciones militares -o invasiones-; y un poco más de 190 continúan en el cargo. Así, puesto el énfasis en los primeros ministros y presidentes democráticamente electos, ello sugiere que a lo largo de las últimas cuatro décadas alrededor de 700 líderes políticos se han enfrentado, en el momento culmen de su carrera, al dilema de abandonar el cargo, así como al de en qué ocuparse luego de hacerlo.

Así la necesidad de discutir a dónde van y en qué se desempeñan los ex políticos es una cuestión que cobrará cada vez mayor relevancia. Integrada como un indicador de la vida política del sistema del cual el individuo formó parte. Esta salida de la política puede arrojar indicadores para: A) Validar una carrera profesional. B) Desmentir o confirmar el designio inicial del sujeto. C) Aportar información acerca de las razones que llevan a un político a abandonar su actividad y de las actividades que realiza inmediatamente después del ejercicio de lo público. D) Explicar el papel que ejercen en la esfera pública los políticos retirados; y finalmente. E) Explicar los medios a través de los cuales rentabilizan o no, con los propios mecanismos de salida, el capital obtenido a lo largo de su carrera pública. Con ese análisis se construye una tipología de trayectorias pos presidenciales que permite dar cuenta del itinerario que siguen los expresidentes al dejar el cargo, a partir de tres dimensiones: A) público, B) privado-no gubernamental y C) abandono de la vida pública.

Es así que muchos ex presidentes con salud y larga vida por delante han buscado medios de seguir sus vidas post presidenciales. Algunos venden sus memorias, se incorporan a universidades, crean fundaciones, imparten conferencias, se desempeñan en lobbies y en consejos de administración. Hoy, en cualquier país democrático las probabilidades de que los políticos creen una ex presidencia activa son cada vez mayores; por tanto, mayores son las probabilidades que tienen de rentabilizar el capital político que otorga la presidencia durante su trayectoria posterior.

El interrogante de porque hay países donde los ex presidentes siguen influyendo en la vida pública (Uruguay, Chile...), mientras que en Argentina se invisibilizan o bien saltan al Senado de la Nación para asegurarse un paraguas de protección contra futuras denuncias. No tiene respuesta en las normas. Quizás sea un problema histórico o sociológico. Alfonsín después de muerto fue llamado el padre de la democracia. Illia tardíamente fue reconocido por su eficaz gestión al frente del Ejecutivo. En su gobierno el ingreso per cápita era de 760 dólares de aquellos dólares. El mismo de Japón. Un gobierno que aprobó la ley de salario mínimo, vital y móvil que se ajustaba automáticamente. Terminó en poco tiempo con la violencia tanto de la ultra derecha como de la extrema izquierda. Lo derrocaron, pero volvió a su pueblo y caminaba por las calles sin que nadie pudiera hacerle un reproche. La Constitución Nacional luego de la reforma de 1994 acentuó el hiperpresidencialismo con el cúmulo de poder que eso entraña. Esto hace que los políticos miren con desconfianza a su predecesor, sea del signo que sea. Tal vez eso explique “querer tenerlos muy lejos”.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios