Desde hace varios años, en La Ciudadela entendieron que es mejor prevenir antes que lamentar. Una situación con un futbolista del plantel profesional, hace ya varios años, motivó que el departamento legal de la institución comenzara a poner algunas cláusulas en los contratos para tratar de evitar ciertos hechos.
“Desde hace años que incluimos un artículo especificando que el jugador sólo puede realizar prácticas deportivas profesionales vinculadas al club; y que todo aquello que haga, que ponga en riesgo su físico o su vida, es exclusivamente responsabilidad suya”, explicó Fernando Santillán, apoderado legal “santo”.
Como cualquier profesional, el futbolista tiene una vida paralela a a su carrera. Los clubes no pueden meterse de lleno en el ámbito privado de un jugador pero sí advertir ciertas situaciones que, indirectamente, pueden complicar a una institución.
En la década del ‘70, el delantero Miguel Ángel Pérez sufrió un accidente en moto que le ocasionó una dura lesión. Si bien logró recuperarse, no pudo retomar su mejor versión física y terminó saliendo del club. “Eso quedó muy atrás. Pero desde hace algunos años decidimos ampararnos en el convenio colectivo del trabajo que tienen los futbolistas. Ellos deben ser responsables, como profesionales que son; de los cuidados personales, familiares, sociales, etcétera. En el caso de que alguna acción perjudique a la institución, podemos aplicar las sanciones especificadas en el acuerdo, por incumplimiento del contrato”, agregó el letrado.
Los jugadores responden a la institución que los contrata. Por eso en San Martín, entienden que deben manejarse con absoluta responsabilidad.