05 Junio 2021
LA VACUNA RUSA. Con la producción local no sólo se abastecerá al país, sino también a toda América Latina. ARCHIVO LA GACETA
El presidente Alberto Fernández y su par de la Federación Rusa, Vladimir Putin, anunciaron oficialmente ayer el inicio de la producción de la vacuna Sputnik V en la Argentina por parte del laboratorio Richmond, que tiene como objetivo desarrollar unas 500.000 dosis por semana. En la víspera se supo, además, que mañana llega el principio activo necesario para iniciar la fabricación.
Los mandatarios realizaron el anuncio a través de una videoconferencia, en la que Fernández le expresó a su colega ruso su agradecimiento por el compromiso que ha posibilitado que un número muy importante de argentinos hayan logrado la inmunidad (dixit). En ese contexto, destacó que Rusia ayudó a la Argentina a conseguir las vacunas cuando "el mundo no las estaba dando". "Podemos hacer esto posible a través del diálogo y la cooperación a nivel global", añadió Putin, a su turno.
Pero, ¿cómo será la producción argentina de la Sputnik V? El esquema de trabajo contempla que el Instituto Gamaleya, de Rusia, suministre el principio activo para que en la Argentina se avance con la producción de la vacuna y su envasado. El mecanismo es inverso al empleado por AstraZeneca y el laboratorio mAbxeince, cuyo principio activo se produce en territorio nacional y su etapa final se desarrolla en México.
Con la producción local no sólo se abastecerá al país, sino también a toda América Latina. El proyecto consta de tres etapas: la producción para la Argentina y luego la fabricación en escala para exportación a la región y al mundo, según se informó. En la primera etapa, la empresa farmacéutica hará la vacuna en instalaciones alquiladas en Malvinas Argentinas. Más adelante, planean hacer el proceso completo en la localidad bonaerense de Pilar. El objetivo de Richmond es llegar a las 500 millones de dosis anuales en 2022.
En diálogo con el diario Infobae, Marcelo Figueiras, presidente de Laboratorios Richmond, dijo: "hay luz al final del túnel". Días atrás, el centro Gamaleya había aprobado satisfactoriamente la calidad de las 21.000 pruebas de transferencia tecnológica que habían sido enviadas por el Laboratorio Richmond en abril.
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