Además de responder por el crimen de Esteban Darío Brito Chía, los hermanos Santiago y Mariano Hayward deberían afrontar una causa en la Justicia Federal por la acusación de comercialización de drogas, ya que la fiscalía que conduce Carlos Sale, le remitió todas las actuaciones y pruebas que surgieron en la causa del crimen de Darío Brito Chía (ver aparte) por una infracción a la ley nacional de estupefacientes.
Con tono firme, la auxiliar fiscal le consultó a Santiago Hayward a qué se refería cuando hablaba de que llevaba “cosas” o que había entregado una bolsa con una “cosa” a los ocupantes del vehículo. “¿Está hablando de flores de marihuana?”, le consultó. “Por recomendación de mis defensores no voy a explicitar. Tampoco voy a hablar nada sobre las mentiras que está hablando la prensa”, le respondió enojado.
Legalmente, nadie puede reprochar a los acusados que nieguen que se dedicaban a la venta de flores, pero en la investigación surgieron varios indicios de que efectivamente lo hacían. José Luis Morales y Luciano Giudice, que sobrevivieron al ataque a balazos, informaron que ellos habían conseguido el contacto de un proveedor de esa sustancia y que ellos, en principio, iban a comprar unos 100 gramos, pero como no tenían dinero para hacerlo, quisieron robarlo.
El otro indicio importante que dieron podría servir para determinar cómo se realizaba la operación. Ellos lo contactaron a través de Agustín Aguilar, un primo de la pareja de Santiago Hayward. Él les habría informado cómo podrían hacer para contactarlo por medio de las redes sociales.
Los padres de Brito Chía lo acusaron de vender drogas en plena audiencia (ver nota aparte) y el juez Eduardo González, al realizar algunas consideraciones, les dijo: “si es que realmente hubiera existido esa operación, una persona que va a comprar más de 300 gramos es muy poco probable que lo haga para consumir, sino para revender. Pero ese es un tema de que deberá definir la Justicia Federal”.
Santiago Hayward dijo ser comerciante y que tiene una cervecería en avenida Sarmiento al 700. Su hermano, en tanto, señaló que estudia administración de empresas y que ayuda en la empresa familiar que se dedica a la venta de artículos de librería.
De los amigos de la víctima, Morales no tiene antecedentes penales. Giudice espera ser enjuiciado por una causa de robo y estaba siendo investigado por la Justicia Federal por venta de drogas, luego de que un legislador oficialista lo denunciara a él y a una joven de ese delito. La señalada fue una de las más de 200 personas que vieron la audiencia.