Los padres quieren clases en las aulas; los docentes, la virtualidad

Apoyo en evidencias para exigir el retorno

Hace pocos días padres de niños en edad escolar protestaron frente a la casa del gobernador, Juan Manzur, para pedir la vuelta a la presencialidad, aduciendo que sus hijos necesitaban la socialización y que las escuelas eran un lugar seguro. La decisión del Gobierno es férrea: no se abren las escuelas. Sin embargo, los datos oficiales parecen estar del lado de la demanda de los padres, ya que de las 27.390 burbujas escolares que funcionan en Tucumán, en marzo fueron aisladas preventivamente 113, y 97 retornaron a la actividad puesto que no hubo ningún contagio.

El sistema de burbujas divide un aula en dos grupos, para que en casos de niños o docentes positivos de coronavirus no sea aislada la totalidad del grado. A la demanda expresada en la calle por los padres se sumó una petición a través de la plataforma Change.org, donde se le demanda a Manzur que se regrese a la modalidad presencial. “Nuestros hijos necesitan volver. Ya sufrieron todo 2020 sin sus maestros y compañeros, y encerrados. La virtualidad es un sistema complementario, pero totalmente incompleto por sí solo”, fue la consigna de la iniciativa lanzada a través de las redes sociales.

Según datos oficiales, desde el 14 de marzo hasta el 22 de mayo -desde que comenzaron las clases y hasta días antes del confinamiento decretado por el Gobierno nacional-, se contagió de coronavirus el 0,9% de los alumnos y el 4,6% de los docentes que asistieron a las escuelas. Los datos a nivel país fueron difundidos por el Observatorio del Regreso a las Aulas, creado en el marco del Consejo Federal de Educación.

Tucumán y otras 15 provincias dispusieron la continuidad del esquema de virtualidad y establecimientos cerrados, mientras que ocho distritos resolvieron abrir las aulas.

Los gremios rechazan volver por los contagios

“Sobre las posibilidades de la presencialidad no se puede hablar en concreto, porque este virus es imprevisible y nadie puede asegurar lo que pueda ocurrir dentro de una semana o un mes”, dijo David Toledo, titular ATEP, para objetar la vuelta de los maestros a las aulas. “Las restricciones dispuestas nos parecen correctas, hay que monitorear día a día. Por eso no puedo apresurar una postura sobre la vuelta a clases para después del receso de invierno”, agregó. Enfatizó que si se tienen en cuenta los datos de contagio “la situación está complicada y no hay posibilidades de volver a la presencialidad”.

Bernardo Beltrán, referente de Sadop, fue en la misma línea. “No hemos estado hablando de la presencialidad a nivel gremial, porque el tema epidemiológico está complicado; se vienen días difíciles para mantener la ventilación cruzada como pide el protocolo y si no hay condiciones para cumplir un protocolo no podemos volver a las aulas”, sostuvo. “Hay un alto riesgo y sería dificultoso volver a las clases presenciales hasta que se logre estabilizar un poco. En los grandes conglomerados urbanos no hay condiciones para volver a la presencialidad. Se viene el frío y en este tema, uno debe manejarse en el corto plazo; por eso no podemos hablar sobre qué pasará de aquí a un mes o dos meses”, advirtió.

Gustavo Salas Correa, de ATE, dijo: “sería muy conveniente estirar la vuelta a la presencialidad, evitar la presencialidad y priorizar la vida. En todo caso, más adelante, después de las vacaciones. Más allá de las burbujas, lo mejor sería no regresar por ahora”.

Desde Adiunt, Diego Toscano resaltó que es un tema que discuten la UNT desde el comienzo del ciclo lectivo. “Hemos marcado que la presencialidad era uno de los factores que iba a hacer subir la tasa de contagio y así está demostrado”, afirmó.