Representantes de la Cámara de Salones de Fiestas y Afines Unidos de Tucumán (Casafaut) fueron recibidos esta mañana en Casa de Gobierno por autoridades provinciales, a fin de analizar medidas de alivio para el sector debido a la imposibilidad de prestar servicios por la pandemia de covid-19.
La reunión fue encabezada por los ministros Carolina Vargas Aignasse (Gobierno y Justicia) y Álvaro Simón Padrós (Desarrollo Productivo) y por el subsecretario de la Gobernación, Pedro Sandilli, entre otros funcionarios, quienes dialogaron con los miembros de Casafaut, que preside Matías Ávila.
"Estamos muy conformes ya que, después de pasarla tan mal, vamos a ser asistidos", indicó Ávila a LAGACETA.com.
El titular de Casafaut detalló que, a través del Ente Regulador de Servicios Públicos de Tucumán, el Gobierno provincial condonará la deuda que mantiene el sector por el servicio de energía eléctrica; además, se va a eximir a los afiliados del pago de las próximas dos facturas de la luz.
"Es un alivio", remarcó el presidente de la Cámara que nuclea el sector.
A la vez, Ávila explicó que iniciaron las gestiones con los municipios para buscar una alternativa para el sector.
"Estamos en tratativas con los intendentes para que se nos habilite a trabajar en los salones de fiestas con la modalidad bar, cumpliendo con esos protocolos, para no continuar con semejante inversión paralizada", detalló.
De todos modos, el titular de Casafaut destacó el compromiso expresado hoy por las autoridades. "Estamos muy agradecidos con el Gobierno provincial por la ayuda y por entender que nuestra actividad estuvo entre los rubros más perjudicados por la pandemia", indicó.
Ávila expresó que, en Tucumán, entre 25.000 y 30.000 familias dependen de este rubro de manera directa.
"Hoy pudimos conversar con los ministros sobre la gravedad de nuestra realidad, ya que trabajamos con eventos contratados a un año", explicó.
Además, remarcó que en la reunión en Casa de Gobierno también se trató el caso puntual de los salones dedicados a eventos infantiles. "Se trata de una actividad que no tiene motivos para permanecer cerrada. Son niños que, por lo general, son compañeritos en los jardines de infantes, por lo que comparten 'burbujas' y que entienden todo lo que es el tema de los protocolos. Además, no son más de 15 invitados. Para los niños es muy importante poder compartir este tipo de eventos", reflexionó Ávila.