"Es una cosa espantosa. Estamos a menos de un metro, de una caída libre", dice el ingeniero agrónomo Alejandro Avila. Una caída libre de la que -con seguridad y debido a la altura- nadie sobreviviría. Él y los demás vecinos de los barrios privados Alto Verde I y II han vuelto a hacer oir sus reclamos para que los gobernantes se hagan cargo del estado del canal Caínzo - Las Piedras, que corre paralelo a la ruta de acceso a esos barrios y cuyos constantes desmoronamientos pueden llevarse consigo, piensan, el camino.
Los residentes han enviado a esta redacción una serie de fotografías que muestran que el último derrumbe casi ha descalzado la calle, en un tramo, y la ha dejado expuesta a hundirse. Los barrios privados Alto Verde I y II se encuentran en la comuna de Cebil Redondo, en rigor. No obstante, la principal vía de acceso es a través de la avenida Perón, en la ciudad de Yerba Buena. Se ingresa por la continuación de la calle Bascary, rumbo al este, primero, y al noroeste, después.
A través de un informe calificado como prioritario y proporcionado a LA GACETA a fines de 2019, la Dirección Provincial del Agua (DPA) tiene planificada la reconstrucción de ese canal. Se trata de una obra de atenuación que había sido valuada, en aquel entonces, en $ 2.200 millones. Consiste en el arreglo de los revestimientos y en la realización de unos diques y lagunas de detención para frenar los materiales sólidos, como piedras y árboles. El proyecto existe. Lo que no existe, o no ha aparecido todavía (casi dos años después) es la plata.
"Nosotros realizamos los proyectos y los elevamos a la Secretaría de Obras Públicas, que tiene la responsabilidad de gestionar y de conseguir fondos", dice el subdirector de la DPA, el ingeniero civil Martín Iturre. Empero, revela que han armado un proyecto para resolver puntualmente esa erosión lateral. "Estamos articulando entre nosotros, los vecinos y otras reparticiones para ejecutar esos trabajos", asegura. Por último, resalta que se ese camino provincial nunca fue liberado al uso público ("no es correcto ni legal transitar por ahí").
Pese a la malograda infraestructura vial, la urbanización se extiende en ese sector, con cada vez más viviendas, lo que también implica el tránsito de material pesado de construcción, y la realización incluso de nuevos emprendimientos urbanos. El empresario Pablo Padilla, quien desarrolló esos vecindarios, ha planteado que el socavamiento se debe a la falta de mantenimiento sobre los márgenes del canal y que, allá por 2015, la extracción de áridos en ese río ya era preocupante. "Arrasaron todo", ha expresado, en referencia al suelo y a los bordes. No es la primera vez que la problemática ocupa estas páginas: ha habido numerosos reclamos de los pobladores con anterioridad. En una ocasión, incluso, varios ingenieros hablaron de un riesgo inminente. También hubo pedidos de bikers al respecto y anteriores y posteriores reclamos de colocación de barreras. Pero jamás llegaron los guardarraíl y, como se ve en las fotos que acompañan este artículo, el único aviso de peligro son unos retenes improvisados por los residentes.
En mayo de 2017, los concejales yerbabuenenses de aquel momento le rindieron un homenaje a Luis Aguilera, un conocido ciclista que apareció muerto adentro del canal y que se cree que sufrió una caída, ya sea por un accidente vial o porque él mismo perdió el control de su bicicleta. Hubo homenaje y entrega de diploma para los deudos. Y no hubo nada más. Ni barandas que separen a las personas del barranco, siquiera. Todo sigue igual.