“Abro y veremos qué pasa porque estoy a un paso de cerrar”, así explicó Agustina Ibáñez por qué a pesar de que los decretos nacional y provincial vigentes prohiben que los bares y restaurantes tengan abiertos los salones, ella trabajó ayer con normalidad.
“Nos decidimos con mi hermano empezar con el bar. Invertimos muchísima plata, más de $ 300.000 y abrimos en febrero de 2020. Después vino todo lo que pasó (por el inicio de las medidas de aislamiento por la pandemia de coronavirus) y nos trasladamos hasta este local mínimo, con pocas mesas entre el salón y la vereda y nos dimos maña haciendo delivery de viandas de desayuno y almuerzo acá en barrio sur. Con muchísimas plantas para tapar disimulamos un poco que seguimos funcionando normalmente. Ahora estamos endeudadísimos, a los envíos los hago yo, tenemos un empleado en negro... No podemos estar cerrados”, agregó la mujer de 38 años. “Me siento terrible abriendo. La gente quiere tomarse el café sentado aquí, no entiende el ‘para llevar’. Al covid también lo padecí porque se enfermaron en mi familia y falleció mi mamá. Pero no tengo margen para cerrar. No sé qué hacer”, agregó.
Como el caso de Ibáñez, que pidió no identificar la ubicación de su local, muchos gastronómicos trabajaron con normalidad, desobedeciendo las medidas de cierre dispuestas en todo el país para evitar que el sistema de salud colapse.
Héctor Viñuales Santa Fe, presidente de la Federación Económica de Tucumán (FET), explicó que la resistencia a algunas disposiciones se deben a la situación crítica de muchos comerciantes. “Nosotros mantenemos reuniones con las cámaras de comercio de todo el interior y de San Miguel de Tucumán. Desde que se anunciaron las medidas estamos en contra de la clasificación de esenciales y no esenciales dispuesta. Creemos que toda persona que lleva el pan a su casa, es igual de esencial. Si tenemos que trabajar para comer, somos esenciales. Los comercios y el turismo están en una faceta terminal. Esta angustia de muchos sectores es tremenda”, comentó Viñuales Santa Fe. Puso en números la gravedad de la crisis económicas con datos de la Nación, del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), que dan cuenta de que en 2020 se perdieron 6.911 empleos privados registrados en la provincia.
El dirigente empresarial apuntó a los reclamos del sector: “las ayudas nacionales no alcanzan, no han servido. El año pasado sirvieron para pagar los sueldos con el plan de ATP. Al ser reemplazados con el REPRO 2, no han llegado ni al 20% de las empresas del año pasado. Entonces muchísimos comercios y pymes están debilitados. Sabemos que la ayuda es insuficiente, que no llegará, que el Estado está en una situación delicada así que sólo pedimos poder trabajar con todas las medidas de prevención. Y si alguien no las cumple, que multen y clausuren pero que no nos castiguen a todos”, finalizó.
En Concepción
Un grupo nutrido de comerciantes de Concepción informaron que mañana atenderán normalmente, ignorando las disposiciones del Comité Operativo de Crisis (COE).
“En estos momentos todos somos esenciales porque todos tenemos que trabajar para subsistir. Por eso nuestra decisión de seguir con nuestra actividad no va contra nadie sino que responde a una cuestión de supervivencia”, explicó a este diario Julio Delgado, presidente del Centro de Defensa Comercial del Sur (Cedecos). “No podemos parar porque la mayoría estamos al borde del quebranto. Tenemos compromisos con nuestros empleados, pago tributarios y otros por cumplir. Pero fundamentalmente porque hay que alimentar familias”, agregó el dirigente comercial.
El fin de semana, los comerciantes de esta ciudad del sur habían protagonizado una extensa y ruidosa caravana de autos por el microcentro de la ciudad para rechazar las medidas de cierre de comercios y de aislamiento dispuestas por la provincia por la delicada situación epidemiológica. Las protestas se replicaron en Lules, Monteros, Aguilares y Alberdi, donde también hubo grupos de comerciantes y dueños de locales gastronómicos que adelantaron que abrirán normalmente sus locales.
“El comercio no multiplica los casos de covid-19, sino las fiestas clandestinas y las reuniones sociales. Ahí es donde las autoridades deben focalizar las tareas de control”, finalizó Delgado.
“Tenemos que dialogar”: el diputado Pablo Yedlin reconoció que la situación de muchos comercios es límite
“Hay que entenderlos (sobre las quejas de los gastronómicos). Son víctimas de la pandemia, como todos. El Estado tiene la obligación de escucharlos, de intentar darle alguna respuesta en el corto plazo”, explicó el diputado del Frente de Todos Pablo Yedlin. “Tenemos la clara idea de que es lógico el planteo que hacen. Nadie está diciendo que no tienen parte de la razón, pero lamentablemente en esta situación los gobernantes se ven en la necesidad de tomar decisiones y entiendan que la salud es lo que se debe preservar por sobre nueve días de actividad económica. Debemos dialogar, dialogar y dialogar”, agregó.
Control policial: Ardiles dijo que le sorprendió la postura de muchos gastronómicos en la provincia
“Desde el primer día de estas nuevas medidas de restricción realizamos intensos operativos para controlar que se cumplan las disposiciones del COE. Lo que más nos sorprendió es la postura de muchos gastronómicos (que no acataron las medidas). El personal policial en estos casos toma fotografías y actuaciones judiciales para remitir a la Justicia para que se dispongan medidas a adoptar con estas personas”, explicó José Ardiles, subsecretario de Seguridad. “Nos llama la atención el no acompañamiento de los gastronómicos. Aluden a la Constitución pero estamos en una emergencia sanitaria”, agregó.